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Angel 2
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-Dorito! Espera... -

El cachorro se había adelantado saliéndose del camino con el rabo meneándose en alegria.

Entonces Steve no tuvo más remedio que seguirlo metiendose también entre los arbustos.

-amigo, si te ensucias te tocará baño! -

Lo regaño siguiendo los ladridos del perro, al encontrarlo el cachorro olisqueaba una las ramitas que cubrían el suelo del bosque.

-Aquí estas, vamos muchacho estoy seguro que quieres desayunar...-

Lo animo acercándose para acariciar el suave pelaje dorado.

-¿que tienes ahí?-

Steve sonrió pues al levantar la cabeza el perrito traía una pluma blanca entre los dientes y cuando Steve intentó quitársela el cachorro movió la cola con travesura antes de salir corriendo de nuevo.

-Oye!! Vuelve aquí!-

Con un bufido el rubio terminó siguiendo de nuevo al perro y podría jurar que entre la carrera había escuchado la risa divertida de alguien que ya conocía... pero había preferido ignorarlo y concentrarse en alcanzar al perro.

Cuando lo logró de nuevo este se sacudía el pelaje en medio de un claro y Steve al acercarse pudo ver que Dorito estaba lleno de plumitas blancas pequeñitas que parecían más pelusa que plumas.

-¿Te peleaste con un pato o que?-

Le llamo la atención esta vez poniéndole la correa antes de ayudarle a sacudirse todas las plumitas.

Esta vez el perro le ladro con entusiasmo después de dejar la pluma blanca más grande y algo babeada sobre el suelo.

-Debió ser un pato muy grande...-

Se burló Steve levantando la pluma del suelo viendo que era de tamaño considerable... una pluma muy bonita sin duda.

-vamos, volvamos a casa-

Steve volvió a dejar la pluma en el suelo antes de levantarse pero el perro la volvió a levantar y todo el camino la llevó en el hocico hasta llegar a casa donde la escondió entre las almohadas del sofa.

*****

Una hora más tarde, una vez ambos habían desayunado Steve terminó de secarse con la afelpada toalla ignorando a propósito la marca en su muslo que ahora lucia emborronada, sabía que en algún tiempo esta desaparecería por completo... eso sucedía cuando tú alma gemela moría, sabía que el hermoso trazo con el que había nacido y que hacía juego con el trazo que el moreno tenía en el hombro ahora se estaba difuminando y verlo desaparecer era doloroso.

Era algo que prefería ignorar, así como había preferido ignorar a todos a su alrededor. Después del funeral en el que la única doliente había sido la nueva familia de Tony.

Steve había preferido apartarse.

Aún cuando el rubio sabía que aún quedaba una última misión por realizar y era devolver las gemas a su tiempo.

Todos los ojos se habían volteado hacia él cuando el momento de elegir quien lo hiciera llegó, pero Steve simplemente había negado.

No podía, simplemente no quería hacerlo.

El resto del equipo lo había entendido, por supuesto que lo hacían, perder a tu alma gemela era un camino por el que poca gente podía transitar. Al final el elegido había sido Stephen, lo cual era una elección más natural pues el mago ni siquiera había necesitado del equipo de Tony para realizar la tarea.

Así había sido como el rubio se había comenzado a aislar poco a poco, lo que había comenzado como algunos días de soledad al tiempo se convirtieron en semanas y pronto en meses. De todos sus compañeros quien más lo había entendido había sido Thor... y Steve entonces también había podido entender al Dios del trueno.

Ambos después de la batalla habían decidido retirarse, Thor era feliz en su pequeño reino y Steve era feliz en la pequeña cabaña en medio de la nada que Nick había comprado para el. El hombre sabía que ya no había nada que motivase al rubio a seguir siendo El Capitan America y también sabía que Steve había hecho suficiente para una vida entera.

El héroe se había retirado y ahora solo quedaba el hombre quien estaba aprendiendo a vivir sin realmente querer hacerlo.

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Poppy 🌻

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