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El Jazz sonaba en la radio de la cocina mientras cocinaba la cena y preparaba un pastel de bienvenida para mí hijastra. Hoy llegaría la hija mayor de mi esposo desde Phoenix, ella tenía diecisiete y según Charlie era un encanto. Aunque ningún padre habla mal de su hijo, a excepción de mi pero eso era dote de madre latina.

James sostenía a su pequeña hermanita en brazos mientras me miraban cocinar riendo de mi mala mano en la cocina. James se iría pronto a la universidad mientras que mi pequeña Nadia apenas entraría a prescolar. Empecé a servir la comida cuando escuché un auto estacionarse, mire a mis hijos y sonreí.

-Sean buenos hermanos, por favor — pedí. James no era hijo biológicamente de Charlie pero lo había criado desde los cinco años.

-Bien.. vamos a conocer a la verdadera Swan — murmuró James. Era de esperarse que se molestará, Charlie no dejaba de hablar lo maravillosa que era su hijo tanto que comparaba su comportamiento con el de James y lo regañaba comparándolo, algo que yo no dejaba que sucediera. También estaba Nadia, ella amaba ver los partidos con su padre, ella era la bebé de papá. Aunque ya le habíamos explicado que vendría su hermana a compartir con su padre una temporada.

-¿Porque tardan en entrar? — pregunté saliendo de la cocina para salir a ver. Charlie venía cargando una pequeña maleta y un bulto y ella se aferraba a su cactus.

-¡Papá! — grito Nadia soltándose de su hermano para abrazar a su padre. Charlie le sonrió y se bajó para que ella lo abrazara. -¿Ella es nuestra hermana?

-Si cariño — le afirmó. Nadia se alejo de su padre para abrazar a la chica tomándola por sorpresa.

-Hola Bella — saludo feliz.

-Hola Nadia, eres hermosa — contesto la castaña tímidamente. Nadia la tomo de la mano y la jalo para que avanzará a entrar mientras le contaba como decoramos su habitación y que por fin alguien se nos uniría a los sábados de chicas.

-Bienvenida a casa cielo — dije con una sonrisa. No me acerque por miedo de asustarla así que jugué con mis manos. -El es James, creo que ya se conocían.

-Hey Bells — saludo.

-Hola.

Charlie bajo las escaleras y le sonrió radiante a su hija mayor. La chica decidió que debía desempacar antes de comer y nadie se lo impidió. La cena fue tranquila, y intentábamos meterla en la conversación para que se sintiera a gusto.

-Cielo, ¿Cuando llegara Billy? — pregunté al no ver la camioneta que le habíamos comprado a Bella.

-Dijo que vería el partido aquí así que no creo que tarde. — gire los ojos pero asentí. Tendría que escucharlo toda la noche hablando del partido como si él fuera un árbitro o narrador.

-Mamá, mañana llegará la carta no te olvides de buscarla — me recordó James -¿Me pasas el agua?

Bella asintió pasándole el agua. Nadia me jalo la manga de la camiseta y señaló su plato. Solté mi tenedor y tome su cuchara.

-Aviones con destino a Seattle hoy tendremos un vuelo forzoso a la boca de.. abre grande ¡Nadia! — la risa de la menor se escuchaba por todo el comedor mientras jugaba con su cuchara para que se lo comiera todo.

Cuando todos terminamos de comer me despedí de todos y subí junto a Nadia para que reposará viendo muñequitos mientras le buscaba una pijama, era martes así que debía dormir temprano.

-Mamá, ¿Bella puede contarme un ciento hoy? — pregunto cuando ya estaba bañadita y apunto de dormir.

-Le preguntaré, no te levantes que el piso está frío.

Salí de la habitación rosa tocando la puerta de al lado antes de abrir un poco la puerta. Bella estaba acomodando una pila de libros escuchando música.

-Hola, ¿Le podrías leer a Nadia? Me pidió que te preguntara.

-Claro, ¿Que debo leerle? — dijo dejando todo en su escritorio.

-Le gusta que los inventes o algo antiguo, Romeo y Julieta está en su mesita de noche. — le dije sonriendo -Me iré a bañar, James está en la habitación de al frente si necesitas algo llámalo o le gritas a tu padre.. creo que está viendo el partido.

-Oh si, gracias por la camioneta Nora — la abrace levemente antes de desaparecer por el pasillo.


Pa' atrás al destino『ᴄʜᴀʀʟɪᴇ ꜱᴡᴀɴ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora