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－¡Sally, ya llegué!－ Gritó Sonic desde la entrada del apartamento, la de pelos rojizos rápidamente fue hacia el erizo.
Dándole un abrazo, cruzó de brazos con una mirada cuestionable; －¿Porqué llegas a estas horas, Sonic? Ya son las 11 en punto.－
Sonic se tapó su cuello inmediatamente, como si quisiera ocultar algo. －Ah, es que tuve que cuidar de la Esmeralda de Knuckles, él tenía algo que hacer.－
Al ser inteligente, Sally sabía que eso no era verdad, ya que Knuckles no confiaba fácilmente de aquel erizo. －¿Enserio? ¿Y porqué te tapas el cuello?－ －Oh, uno de los robots de Eggman me atacó en el cuello, y no quería que te preocuparas. Pero- *bostezo* tengo que ir a la cama, buenas noches...－ Excusó Sonic, caminando hacia la habitación para irse a dormir.
－Espero que no me engañes Sonic...－ Susurró la ardilla.
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