Ahora se que hice bien al no irme contigo. Necesité 3 años para darme cuenta de que el próximo amor sería mejor que el último pero lo hecho hecho estaba y no podía volver al pasado aunque me hubiese gustado para no haberte conocido o por lo menos no haberme enamorado como lo hice, para no haber sufrido tanto como sufrí hasta hace cuatro meses.
Lo peor de todo es que lo conocí como a él, como al que me hizo tanto daño; pero la historia es diferente, se desvió de la trayectoria, cambio por completo.
Ahora estaba segura de que era real que no había ningún engaño.
Todo volvio a la normalidad.
Han pasado ya 4 años. Junio me sorprende con todo.
En Junio me caso con Albert, el que es el amor de mi vida, en Junio me espero a mi primera hija y la última, seguramente, que se llamara Layla como mi gran amiga desde chiquita a la que conocí en 3° de la primaria y estuvo a mi lado en todo momento. La boda costaba lo suyo pero me daba igual porque valía la pena y se que no me arrepentiré de lo que hago, me fui con Claudia, Layla y Sylvia junto con Nerea a por los vestidos diseñados por mi misma y la verdad es que no podían ser más bonitos
El mío blanco como la nieve con perlas en los laterales le daban un toque original y los vestidos de madrina eran azul cielo con un pigmento pequeño de lila que quedaba bastante exclusivo.
-Haber, a mi me gusta mas así- dijo Claudia tocando el vestido con suma delicadeza.
-No así mejor- protesto Sylvia dandole a Claudia en las manos para que lo dejara.
-Que no, mejor así- replico Nerea mirando con perspectiva y con una foto en la mano.
-Silencio- dije con exaltación
-Yo creo que mejor como quiera , total es su boba.- Layla me miró con una sonrisa.
- ¡Llegó el gran día! - unas voces sonaron unísonas y las puertas se golpearon en la pared.
- Venga hay que arreglarse dijo Sylvia, quien me saco de la cama a empujones.
Todo estaba preparado : la comida, las flores, los invitados, todo en su sitio y el novio a quien no podía ver hasta llegar en el jardín, donde se iba a celebrar la boda