Mi muy estimada vida:

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Miles de grandes obras nacieron de estados de ánimos extremos.

Pero las más profundas tienden  a salir de aquellos momentos donde analizas la vida.

De la tristeza surgen grandes reflexiones que nos muestran qué tan apegados a la vida estamos,  o a qué estamos unidos.

Cuando estamos felices,  las palabras se estrellan y atropellan para salir,  siendo la mano un implemento casi inútil por no lograr colocar en papel lo que la felicidad quiere decir.

En cambio en la tristeza,  hasta los recuerdos se vuelven aletargados y la mano escribe lentamente las palabras que se van mostrando en la mente.

La vida es un viaje.

Lleno de altos y bajos,  con momentos de reflexión donde pareciera desviarte de vez en cuando.

Un viaje hacia un lugar desconocido, donde a veces quieres desviarte o salirte,  y para ello escribes una carta a modo de fundamento.

O a veces quieres seguir otro camino por el sólo hecho de romper las reglas.

O a veces, símplemente, seguir uno porque te ha gustado.

... O sólo es un simple grito de desahogo.

Kiya

Cartas para un viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora