[secundarium]

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"Pensé que jamás volvería a sentir ese calor. . .

Pero llegaste tú y me sentí como un lienzo, elegiste los colores más bonitos para pintarme con tanta devoción que olvidé como se sentía ser un personaje secundario y me volví tu protagonista."

Esos labios delinearon su arco de cupido y para el colmo ahora no le gustaban, eso no era sano por mucho que lo intentara. Sus manos fueron a las del pelirrojo para alejarlas de su propio cuerpo, las sentía sucias.

Sin más, solo dijo que tenía asuntos pendientes y el tiempo no estaba a su favor, así se escapó del armario del conserje. No mentía, si tenía asuntos pendientes los cuales eran;

Perderse en la linda sonrisa de Tweek en la primera hora.
Sujetar su mano a escondidas en el primer receso.
Hacerlo reír y comprar su primer café para la segunda hora.

¡Importante! No olvides halagar su dorado cabello. Que ese pequeño angelito se ha estado poniendo brochecitos en su cabello para impresionarte.

¿Cómo lo sabía? Fácil, después de que Marsh le regalara un broche celeste y le dijera lo bonito que se veía, Tweek había hecho uso de estos más seguido.

No eran una pareja. . . Aún.
Stanley quería enamorarlo como amigo, no quería que el pequeño creyera que era un reemplazo.

Caminó por el pasillo con intención de buscarlo, grande fue su sorpresa al ver como Craig entraba al baño jalando de un nervioso Tweak.
Frunció el ceño y los siguió preparado para lo que fuese.

Cuando entró -procurando no hacer nada de ruido-  la pareja encerrada en el cubículo comenzó a hablar con cualquier libertad y sin filtro, después de todo era muy temprano y algunos pocos llegaban a esa hora.

— Tweek, demonios. — Se oyó gruñir en claro fastidio a Craig. Stan temió lo peor. — ¿Por que carajos no te dejas tocar?

—N-no quiero. — respondió el rubio.

—Vamos, honey. — persuadió el moreno — ¿Estás celoso? — la voz de Craig sonaba algo altanera y el silencio de Tweek estaba presente — Sabes que me gustas tú.

Se oyó un quejido.
Stan pensó que era suyo al sentir su corazón quebrandose pero no.

Era del mismísimo Tucker.

—Craig. . . — susurró el pequeño — Será mejor terminar esto. Estás con Kyle disfrútalo.

Marsh soltó el aire retenido en sus pulmones.

—El está bien revolcándose con el idiota de Marsh. Algo que tú y yo deberíamos estar haciendo ahora.

—¡Craig! M-me importa muy poco lo que haga Kyle y tú. — se libró del cubículo y de las manos ajena, sin notar la presencia del otro pelinegro frente al espejo del lavamanos.— ¡Quiero a Stan!

Luego lo notó, con sus mejillas rojas por tal declaración en tan incómodo momento. La sonrisa de Stan provocó que sus hoyuelos saludaran.

Craig salió notando inmediatamente su presencia y molestándose.

"Porque ahora tú eres mi musa, tú eres la razón de mis suspiros y de mis incontables sonrisas. Tú eres el protagonista de mis sueños, eres lo primero que pienso en el día y lo último antes de dormir.

Eres más de lo que creíste. . ."

Un furioso Tucker se acercó amenazante a Stan y este cerró sus ojos temiendo lo peor

Pero ese puño nunca llegó, su mano fue jalada y sus piernas comenzaron a andar sin saber hacía donde.
Al abrir los ojos lo vió, reluciente sin miedo a escapar de ese baño. Enseñando su reluciente sonrisa, encontrando divertido ese acto de cobardía.

Stan le siguió soltando una risotada mientras corrían por el pasillo, ignorando todo hasta a un Kyle molesto de solo verlos.

Porque por muy tonto y cursi que sonara aquello, ellos eran los protagonistas ahora.

Los protagonistas de su propia historia de amor.


Fin.

-Plumbum Munus.-  [SOUTH PARK.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora