En mi casa todos hablan a gritos y siento como si las palabras se me clavaran.
Mi familia impone demasiada presión sobre mi hermana y sobre mí. Esperan demasiado de nosotras.
Me siento sola, a cada minuto de cada día. Invisible.
Cada día que pasa estoy más abajo, junto con mi autoestima. Nos hacemos compañía en el fondo de este pozo.
Estoy cansada de recursos literarios que camuflan sentimientos.
¿No sería perfecto poder decir lo que te está ahogando sin necesidad de esconderlo entre metáforas, palabras y rimas sin sentido?
¿No sería perfecto poder sincerarte con alguien y recibir el consuelo que esperas?
No busco consuelo. Busco sinceridad. Conmigo misma.