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Nashira 

Voy de camino a clases, me gusta ir por el bosque, siquiera es más fácil evitar gente, siempre he pensado que soy invisible, a la mayoría de las personas no les importa ni siquiera que estoy a un lado de ellos, no les afecta que escuche su conversación por el hecho de que la mayoría de las veces me quedo callada; veo hacia arriba y me doy cuenta de que el día es hermoso y que no me queda fingir lo que todo los días, el estar bien, es extraño que a nadie le importa, es fácil que las dos cuerdas que sostienen tu sonrisa te ayuden a evitar tantos problemas, llevo a la escuela y voy directo al baño, lleve 15 minutos antes de entrar al salón de clases significa una cosa "socializar" así que para evitarlo iré al baño para pasar el rato, cuando entro, me doy cuenta de algo, más bien alguien, es morena, tiene el cabello un poco abajo de los hombros, sus ojos son café oscuro, tiene una perforación den la nariz, por su vestimenta me puedo dar cuenta que le gusta que piensen que es ruda, y es ahí cuando la reconozco, es mi vecina, por lo que me puedo dar cuenta es que está teniendo un ataque de ansiedad.

-largo- me grito desesperada, sentí un sentimiento inexplicable, es como si una daga se enterrara en mí y me doliera de la misma forma que ella.

Me acerque más y la abrace, sentí como sufría, ella no paraba de decirme que la dejara ahí, pero no pude, en ese instante supe que no me separaría de ella, porque ella también sufría no podía dejarla sola; ella poco a poco estaba volviendo a recuperarse.

Cuando paro de llorar la ayude a levantarse del suelo y limpie sus lágrimas y note que su rimen se corrió

-tienes rimen en tu mochila? -pregunte de manera tranquila, dándole una pequeña sonrisa

-eh? Si- abrió su mochila y pude ver lo que parecía ser una navaja, supuse que se cortaba nadie de nuestra edad necesita una navaja, no dije nada y en ese momento me dio el rimen.

Utilicé un poco de crema que llevaba en mi mochila para quitarle el rimen que se corrió, -comencé a pintarle las pestañas cuando hablo.

-gracias enserio, la mayoría de las personas se asustan y me dejan sola- dijo un poco apenada, puede notar en sus ojos la tristeza que oculta, y me di cuenta de que ella también finge estar bien y eso me dolió, porque se perfectamente lo que siente y pude asegurar una cosa, ella no está sola no mientras yo este con vida.

Alhena

Venía de camino a la escuela cuando mi padre me hablo y me dijo que tenía que ir con él en la tarde, pude haber dicho que no, pero causaría problemas entre mi padre y mi madre, cosa que menos quiero hacer, soy un peso suficiente, se preguntaran cual es el problema de ver a mi padre? Empecé a pensar demasiado y comencé a tener un ataque de ansiedad, corrí al colegio pero mientras corría no paraba de rascar mi brazo y mi respiración era acelerada, en cuanto llegue fui al baño y me tire al suelo, me derrumbe no pude pensar en que alguien pudiera entrar, llore, grite, me comencé a golpear y no podía parar, escucho la puerta del baño abrirse y era una chica, tenía pequeños caireles, podía ver que estaba pálida, como si no comiera bien, llevaba una blusa, aparentaba ser estable, entonces supuse que tenía que decirle que me dejara.

-largo- grite con tanto dolo en mi voz que me dolió la garganta

No puedo calmarme, el hecho de empezar a contar las horas para verlo y tener que actuar lo más normal posible, actuar como si lo quisiera es totalmente jodido, odio a mi padre es una sensación que me consume cada que pienso en él, no puedo mirarlo y tener que tragarme el decir que si estoy en estas mierdas es por él, siento como mi estomago se empieza a quemar y como esa quemadura se extiende en todo mi cuerpo, y duele, duele y es sentimiento que me consume, me da repugnancia el pensar que lo veré, como tratara de abrazarme y aparentar delante de su familia que es el papa modelo que pelea por sus hijos con un juicio innecesario, me quema ver como abrazara a mi hermano, y pensar que le podrá hacer daño, me hundo cada vez más por su culpa, quiero desaparecer y no saber de él, quisiera desaparecer y no pensar en que él es mi padre, quisiera desaparecer el ADN que comparto con él.

Note como se acercó a mí y me abrazo tenía tanto tiempo que no recibía un abrazo de alguien, cuando su calidez me dio tranquilidad pude notar como me calme poco a poco y me ayudo a levantarme y limpio mis lagrimas con su suéter, no quería hablar, pero ella lo hizo primero.

-¿tienes rimen en tu mochila? -me pregunto de una manera muy tranquila dándome seguridad y tranquilidad.

-eh? Si- abrí mi mochila y le estiré la mano con el rimen.

Huir de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora