La curiosidad mató al Tigre (Luzuplay one-shot)

One-shot

Frente a él se encontraba alguien, no sabía quien era porque estaba de espaldas, pero razonando y viendo que todos estaban allí, el único que faltaba era él, era Luzu.

-¿Luzu? -Preguntó el más bajo. El castaño se dio media vuelta quedando frente a...

-¡Auron!, ¿te gusta mi nuevo atuendo? -Tenía unos lentes de sol negros y tomó su cola para moverla de forma coqueta, todo rieron, pero Auron se demoró en comenzar a reír.

Llegaron todos a la casa de Vegetta, la idea era una cena, pero todos (a excepción del dueño de casa) tenían pensado una fiesta. Auron no podía dejar de ver una cola a rayas moviéndose de un lado a otro, parecía que se movía con autonomía, pero Fargan lo sacó de sus pensamientos para ir a beber algo a la cocina.

-Tío, para ya de mirarle el culo a Luzu, eres muy obvio, hombre. -El menor casi bota el vino de su copa, el alcohol ya había subido un poco a su cabeza, por lo que en vez de sentirse avergonzado solo rio, asintiendo en la intimidad, solos en la cocina, confiando en Fargan de que sería discreto ante su gusto por rayas andantes.

Volvieron al gran salón riendo y empujándose, llamando la atención de todos, siendo molestados amorosamente por Vegetta y Rubius, pero poniendo de mal humor a dos personitas que se encontraban juntas al final del salón.

-Fargan, ¿puedes acompañarme afuera por favor? -Susurró por lo bajo Alexby, pero siendo audible para Auron que se encontraba a un lado. Mientras el bajito se llevaba al hermano oscuro, un tigre se acercaba acechando a su presa.

-Hola, has estado un poco distante. -Mencionó Luzu a Auron, acercándose aún más al doctor.

-¿Tu crees?, no me he fijado. ¿No tienes calor con ese traje? -Dijo el más bajo mirando de reojo al tigre frente a él.

-No tengo calor porque... no tengo nada puesto abajo. -Lo último se lo dijo a la oreja del pelinegro. Fue como si explotara una bomba, como si algo en Auron cambiara de repente. Luzu se alejó, tenía el rostro rojo por el alcohol, el vino barato había hecho sus efectos en ambos sujetos. La fiesta siguió como si nada, pero en Auron crecía... la curiosidad, mientras todos bailaban y tomaban en el gran salón, el azabache se acercó sigilosamente al castaño y se lo llevó de la vista de los demás.

-¿Qué hacemos en el dormitorio de Vegetta? -Luzu llevaba otra copa de vino en la mano, su raciocinio aún era fuerte, pero algo flaqueaba ante Auron. No hubo respuesta verbal, pero física, sí que hubo.

Auron se acercó al tigre abrazándolo por la espalda, acariciando el pecho de Luzu. Sorprendido, pero no extrañado, el más alto se dejó acariciar tal gato con su dueño. Las manos de Auron comenzaron a bajar por el traje, llegando a cierta zona sensible.

-Auron, quiero darme vuelta. -Dijo con la voz rota el castaño.

-Aún no. -Comenzó a rozarse con el cuerpo del más alto, tomando la cola de tigre que tanto le había llamado la atención. Empujando a Luzu a la cama, este quedó apoyando sus manos sobre la prolija cama del chico morado, dejando su cola más arriba que su torso, quedando en una perfecta posición para Auron. Este último rozaba sus pantalones contra la cubierta entrada del castaño, cada vez con más ritmo y más fuerte. Los gemidos de Luzu no tardaron en hacerse más fuertes que antes, pero eran callados por la música del gran salón. Pero el más bajo tenía miedo de que fuera escuchado por lo que tapó la boca de Luzu con sus propios labios, atrayendo el mentón del más alto a su boca. Era un beso desordenado, sin mucha precisión al mover sus lenguas, pero se sentía bien, quizás era el vino que tenía un efecto afrodisiaco quizás. Al separarse se miraron a los ojos, y en un silencioso acuerdo se movieron sobre la cama de Vegetta, Luzu apenas podía sacarse el traje de tigre por los insistentes besos en el cuello que le proporcionaba el azabache. Las manos eran un lío, unas bajaban cremalleras, otras tocaban partes del cuerpo, todo era una maraña de actos sucios pero exquisitos a la piel de los involucrados. En un abrir y cerrar de ojos ambos estaban desnudos frente al otro, jadeando por más contacto humano, Auron se abalanzó sobre Luzu, besando su cuello, acariciando la erección que ambos tenían muy junta la una de la otra.

-Auron, no aguanto, por favor. -Dijo apenas el castaño.

-Dime, que quieres. -Preguntó con cierto tono de burla.

-Por favor, no me hagas decirlo... -Sin respuesta por parte de Auron, Luzu siguió- Por favor, ¿podrías vacunar a este tigre, doctor?

Si se podía estar más rojo, el castaño se lleno de aquel color por todo el rostro, Aron se sentó en sus rodillas, mirando al tigre con deseos de caza. Tomó los tobillos del más alto y los puso en sus hombros, lamió tres dedos y comenzó a tantear la entrada del otro. Ah, Luzu estaba nervioso, pero ansioso a la vez, luego de un rato de juegos previos, Auron comenzó a tantear su entrada, pero ahora no con los dedos, sino que con la punta de su miembro. Entró despacio, mientras Luzu se tapaba el rostro aguantando la respiración, Auron no quería lastimar a Luzu, pero Luzu si quería ser lastimado, se movió por iniciativa propia tentando a que el pelinegro se moviera junto con él, y así fue, vamos, que Auron no es de piedra, no podría soportar el solo ver y no actuar. Hacían rechinar la cama, las sábanas eran un desastre, Luzu gemía ya sin importar si se le escuchaba o no, Auron movía más rápido su pelvis chocando ferozmente con la parte trasera de su compañero.

-Me vengo. -Advirtió Auron, no quería venirse al interior del tigre por lo que salió apresuradamente, pero Luzu lo tomó de la pierna y lo guio hasta su cara.

-En mi boca. -Y Auron no se contuvo, los ojos cerrados, esas pestañas largas y suaves, su piel de porcelana y su rostro rojo fueron suficientes para que el más bajo botara todo su ser en el angelical rostro de Luzu, manchando su inocente rostro. La mitad había entrado a la boca del castaño, pero lo demás cayó sobre su cara, ambos habían terminado, agotados sobre la cama de su amigo.

-Luzu. -Habló cansado el azabache

-Dime. -Lo miró contento el castaño.

-Aún faltan cuatro vacunas más.