Bitácora 1.- Me llamo Alan, en mi estado Michoacán (México). La pandemia fue todo un caos, mucha violencia, demasiados saqueos y muchos abusos de parte de la gente hacia los más débiles, quitándoles lo poco que podían tener para subsistir después de la evacuación de la ciudad para un lugar mejor y seguro fuera de infectados.
Nos dijeron que en África estaba libre de infecciones, quien en su caso es uno de los países quien tiene menos que perder en la estabilidad económica, no fue tomado en cuenta al momento de atacarse con sustancias biológicas con las que comenzaron estas guerras entre unos países contra otros, y fue cuando muchos de los virus comenzaron a mutar y cambiar dentro de cada cuerpo humano.
Muchas personas tuvieron reacciones diferentes al momento de que lanzaron sus armas biológicas en contra de su pueblo. Algunos se convulsionaban y morían al instante, otros presentaban quemaduras en partes de su cuerpo, a otros se les caían trozos de cabello y de su piel quedando expuestos a enfermedades y otras cosas que vinieron más adelante.
Las armas biológicas que lanzaban, al instante que algún virus era implantado en algún cuerpo humano reaccionaba y actuaba de manera inmediata a matar o dañar a las personas. Pero solo un virus logró mutar y permanecer activo dentro de los humanos que como si fuera película de ficción después de que murieran las personas, reactivan su sistema nervioso como lo era el cerebro y algunas otras partes del cuerpo y que levantaban a los muertos, haciendo que el primer instinto y reacción fuese comer y tener una hambre eterno y voraz, pues, a cada ser vivo que vieran pasar enfrente suyo lo quisieran atacar para devorarlo con sus dientes pútridos y su pies y manos tambaleantes y desgarradas por el paso del tiempo, expuestos al sol y temperaturas que un humano vivo pudiera tolerar.
En el intento por evacuar la ciudad, la gente se volvía histérica y completamente fuera de sí, actuando de manera desesperada por querer salir primero. Todos corrían por querer ganar lugar en autobuses y vehículos aéreos que estaban desalojando la ciudad. Corriendo y empujando a cualquiera que se interponían enfrente sin importar edad y género. Muchos morían en el intento, pues eran víctimas de abuso, muchos caían y eran pisoteados por la gente y, por si fuera poco, eran golpeados por la desesperación hasta llegar a la muerte.
Era notorio la corrupción, puesto que la gente de altos recursos y gente importante como políticos, gobernadores y otros personajes dentro del gabinete, eran fuertemente resguardados y transportados por el ejército mexicano quienes también se mostraban no tan a favor de la gente común que no podría solventar y comprar un pase fácil de salida. Pues la mayoría de algunos policías y soldados aprovechaban el momento de pánico para enriquecer sus bolsillos y favores de las personas.
Como siempre, hasta al final eran evacuados los pocos sobrevivientes del país que eran los que menos tenían pero que podrían aportar algo a la sociedad futura con sus profesiones y formas de trabajo que pudieran garantizar un pase de salida y no quedar encerrado en cuarentena con las demás que ya habían sido infectadas con algún virus.
Pero todo fue inútil. Sabiendo que la economía de cualquier parte del mundo se había desplomado y en esos momentos el dinero ya no valía para nada y entre la gente ya no se tenían que distinguir entre razas o de recursos económicos, si no distinguirnos entre los vivos y los muertos, o como con el tiempo lo llame yo, los supervivientes.
Después de todos estos eventos desafortunados para la humanidad, con el tiempo era más que obvio el cambio en algunas personas para subsistir al ser maleantes y convertirse en aves de rapiña contra las otras personas que solo querían sobrevivir con pocos recursos, asaltándolos y matándolos.
Mis padres los perdí después de la pandemia, donde los muertos comenzaron a levantarse y caminar en busca de comida. Cuando apenas salíamos de casa con pocas mochilas llenas de algunas provisiones. La verdad, no quiero narrar esos recuerdos, son perturbadores y, además, me llenan de tristeza. Solo quedamos mis dos hermanos y yo. Durante la evacuación y el disturbio que se generó en esos días, nos separamos y no supe más de ellos. No sé si sigan con vida y si es así en qué circunstancias lo están haciendo. SI están con hambre, frio o si llegaron a contraer algún virus con el que fuimos atacados o si están en algún refugio con bien. Solo le pido a Dios y a quien pueda que estén bien y a salvo. Solo en mi corazón presiento que están vivos en alguna parte y juro que los encontrare y volveremos a estar juntos los prometo hermanos...
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Mi búsqueda en un mundo devastado.
Science FictionSon las bitácora escritas por mi, en un mundo ficticio donde la guerra biológica azotó el mundo y estoy en busca de mis hermanos donde no todo será fácil para encontrarlos.