Capítulo 1O

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R E S P U E S T A



Dos días después, Christopher despertó por el brusco movimiento de Joel separándose de su agarre y yendo al cuarto de baño rápidamente, el teñido aún somnoliento se levantó siguiéndolo.

"Esta mal"

Se dijo preocupado el lobo del castaño. Ya en el baño lo ayudó un rato, después de unos minutos Joel estaba cepillando sus dientes. El alfa tomó su cintura acariciándola muy lentamente convirtiéndose en caricias suaves y llevó su nariz al cuello del menor al instante sintiendo el aroma dulce embriagador—. Dulce —murmuró encantado el lobo, Christopher amaba ese aroma tan llamativo. Dejó un beso húmedo en su cuello—. Creo que es mejor ir a un doctor —susurró roncamente dejando un suave y húmedo beso en la piel morena, ambos se miraron en el espejo de ahora la habitación.

—No, estoy bien. En serio.

Y aunque otra vez el mayor no le creyó, no dijo nada.
Hoy por suerte para ellos era un sábado y los sábados nadie hacía nada, era como un día libre en California. Eran aproximadamente las siete, sí, muy temprano por lo que ya ninguno tenía sueño. Christopher se acomodó en el suelo con su espalda en el borde de la cama mirando hacia el frente del televisor. Se dispuso a jugar fornite, mientras tanto Joel lo miraba mientras estaba acomodado en la cama, abrigados con las suaves y cálidas telas blancas.

Joel medito, ¿Que acaso hoy no le tocaba su celo? Abrió el primer cajón en su mesa de noche y sacó el pequeño cuaderno decorado buscando una página en específica. Sí, el dieciséis de junio era su próximo celo, hoy. Se sintió confundido por que él no estaba equivocado y sus celos siempre estaban absolutamente calculados. ¿Por qué el retraso? El moreno sin darle mucha importancia se acomodó en su cama acurrucándose hasta que el aburrimiento se hizo presente, caminó hasta su alfa y se sentó en sus piernas acomodándose en el pecho de este tomando toda su atención. Sonrió como niño pequeño.

—Tengo hambre —finalmente susurró después de un rato de silencio y en sus labios se había formado un hermoso y adorable puchero, en cuestión de segundos el ojos mieles ya tenía el teléfono de la recepción en mano pidiendo todo lo que su chico deseaba que consistía en; dos cupcakes -uno de vainilla y otro de chocolate- pancake, una manzana, dos galletas de chispas de chocolate y un jugo de naranja. Christopher se sorprendió al saber todo lo que quería el rizado pero no reclamó nada, pues ambos eran unos comelones.

Joel disfrutaba que Chris lo dejara dominar. En algunas ocasiones.



[...]



—¿Dices que vomitaste otra vez? —cuestionó por tercera vez el omega robando una papa frita a el alfa que lo miró mal por hacer tal acto. La respuesta había sido la misma nuevamente en un leve susurro. Y comiendo un poco de su bizcocho de chocolate que se encontraba en la mesa de enfrente de la cama donde estaban sentados habló.

—Sip, ¿No hay jugo? ¿Banana tampoco?— bufó tomando el teléfono y pidiendo ambas cosas cuando escuchó la voz en la otra línea, en unos minutos después se lo trajeron. Miró nuevamente a Erick que estaba pensando.

—¿Tienes más hambre? acabas de comerte dos bizcochos, papas fritas, una manzana, galletas, bebiste dos tazas de café y... —se detuvo a sí mismo cuando volteó a mirar al alfa que comía la fruta sin molestia alguna, después volvió a pensar, su amigo estaba muy hambriento estos días, con vómitos y ni decir de los cambios bipolares que tuvo mientras hablaban. Era extraño pero ya tenia una teoría.

—Joey, ¿cuándo es tu próximo celo? —preguntó.

—Se suponía que era hoy, tal vez me confundí —el alfa le restó importancia aun tomando de su jugo. Erick podría deducir lo que estaba pasando, chilló emocionado.

—No quiero hacerte una idea errónea pero, existe la posibilidad de que estés embaraza...

—¡No!

—¿Cuándo Christopher te mordió acaso tú y él no hicieron el delicioso? —el omega sonrió divertido por como lo había llamado, el alfa rió un poco antes de que su semblante se volviera serio.

Su alfa y él no habían utilizado condón o supresores.

"¿Un cachorro?" preguntó emocionado su alfa. "Un lindo cachorro que se parezca a nuestro alfa." Fue lo primero que pensó Joel, imaginándose a un cachorro con el cabello castaño y ojos mieles, pestañas curvadas y...

—Joel —llamó Erick sacando de sus pensamientos al alfa moreno—. Tenemos que ir por pruebas de embarazo —el dulce omega mas emocionado que el rizado tomando su mano salieron del hotel casi corriendo.

El camino a la farmacia fue tranquilo, Joel estaba aburrido—. ¿Y si mejor regresamos? quiero ver a mi alfa —formó un puchero con sus labios mientras jalaba al más bajo de la mano, ya que las tenían entrelazadas—. Y también recuerda que puede haber una fan, y yo tengo la marca a la vista —se quejó.

—¡Entonces corre hacia la farmacia y compra tres pruebas de diferentes marcas, imbécil! —gritó/susurró el de ojos verdes señalando la farmacia a una cuadra de donde estaban.

—Le diré a Chris que me dijiste imbécil —se cruzó de brazos el rizado y el omega rodó los ojos.

—¡Bien, sólo ve y compra! Yo te espero acá —segundos después el alfa se dirigía a la farmacia.

Terminó comprando tres pruebas de diferentes marcas y salió hacia afuera pero se escondió al casi llegar a Erick, este se estaba tomando fotos con algunas fans. Cuando el omega estuvo solo se dirigió a él con la bolsa en mano y caminaron de vuelta al hotel con las manos entrelazadas inconscientemente.

Al llegar vieron a un Christopher preocupado. Joel rápidamente escondió la bolsa en su espalda pasándosela a Erick por detrás, Christopher se hubiera dado cuenta de eso si sus ojos no estuvieran posados en las manos entrelazadas de su alfa y el omega, se cruzó de brazos subiendo una ceja. Gruñó acercándose a su novio tomándolo de la cintura posesivamente y escondiendo su cabeza en el cuello del moreno respirando el grandioso aroma de Vainilla y caramelo—. Mío, solo mío —volvió a gruñir.

Erick sonrió divertido. Le gustaba eso.



[...]



Después de veinte minutos el rizado salió del baño con las tres pruebas en mano.

—¿Y...?

Preguntó mordiéndose las uñas el omega delgado. El mayor tiró las tres pruebas a la cama para que el otro las vea, el moreno tenía los ojitos brillosos apunto de largarse a llorar de felicidad.

—Estoy embarazado.

"Tendremos un cachorro."

Infinito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora