Haechan no se consideraba celoso, pero Mark lo veía de otra forma, y aunque el menor podría quejarse siempre, él simplemente le daría unas caricias en el cabello, le diría que lo ama y que jamás tendría ojos para alguien más.
♡;; Fluff/Hard Smut!
♡;...
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Donghyuck todavía recuerda cuando conoció a Mark, cuando lo extrañaba solía recordarlo para no sentirse tan solo.
Recuerda que era primavera, estaba caminando por la tarde con un Kimbap para llevar entre sus brazos. A pesar de que los cerezos estaban floreciendo y empezaban a decorar el camino, además de que llevaba un abrigo de invierno, Donghyuck sentía mucho frío, el suficiente para sentir hasta la punta de su nariz congelada.
Suspiró viendo como salía el humo por su boca. A Donghyuck le gustaba estudiar, pero esa no era excusa para dejar de comer, había bajado mucho de peso y se estaba descuidando su propia salud.
Se sentó en la parada de bus cuando llegó hasta ella, todavía sin soltar su comida, por desgracia el olor estaba llegando su nariz congelada y su estomago respondía gruñendo de forma vergonzosa.
El cielo empezó a oscurecerse, Donghyuck pensó que era normal, estaba apunto de hacerse de noche. Luego, lo pensó bien y debió haber llevado un paraguas, porque en ese mismo instante empezó a caer las gotas poco a poco hasta terminar en una tormenta.
No es que le dieran miedo los truenos, pero le daba miedo estar a las casi siete de la noche, solo, en una parada, sin paraguas en medio de una tormenta y con solo un Kimbap entre los brazos.
Donghyuck sintió sus dientes rozarse entre ellos cuando tembló del frío, haciendo un puchero cuando sintió como la comida empezaba a enfriarse, no le quedaría remedio y se la empezaría a comer ya si no pasaba un autobús pronto.
La música alegre paso a canciones de Day6 en menos de lo esperado, el ambiente era suficientemente triste como para que una de sus melodías sonara.
Donghyuck todavía recordaba el toque de Taeil sobre su piel, lo extrañaba mucho, quizás también es una de las razones por la cual él dejó de cuidarse.
No lo culpaba por haberle dejado, ¿Quién querría salir con alguien que era un manojo de nervios, actitud infantil y millones de miedos? A veces ni él mismo se soportaba.
La lluvia cesó luego que otra vez el cajón de su mente lleno de enredados hilos volviera a hacer un nudo, y esperó, hasta que se dió cuenta que era Domingo, y a esa hora no pasan los buses.
Donghyuck quería golpearse la cabeza por lo despistado que era.
Se levantó del asiento, genial, ahora tendría que caminar hasta su casa. No fue un problema cuando había luz, pero ahora con suerte las luces de las calles estaban encendidas y no eran suficiente como para que Donghyuck dejara de tener miedo.
Debía dejar de ser paranoico, no iba a pasarle nada.
Aunque bueno, era un estudiante de secundaria, con casi dieciocho — lo cual era un problema, ya que los de su grado se burlaban de él, debido a que todavía le faltaban dos años más y él seguía ahí, aunque hacía su mayor esfuerzo. — solo al alcance de cualquiera pero bueno, Donghyuck no pensaría en-
