Cap 3

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Capitulo 3: La gema de la trampa.

                            En el lugar que he despertado es un cuarto con camas acomodadas simétricamente, me siento levemente mareada y noto que en mi mano izquierda aprieto algo con demasiada fuerza, abro mi mano encalambrada y veo que es mi crucifijo, yo lo perdí... ¿Cómo llego a mis manos?

La cama continúa a la que estoy chirrea y le prestó atención, debajo de las sabanas hay un tumulto que se trata de una persona que está muy posible dormida. Me equivoco está muy despierta y se gira a mirarme con una mirada aterrada, alzo una ceja y le hago una pregunta.

-¿todo bien?-templa los ojos y asiente con tanta rapidez que me hace preguntar internamente si alguien le podrá ganar asintiendo, se acomoda y sigue fingiendo que está dormida, supongo que para que no la moleste mas.

Bajo las escaleras preguntandome como llegue a ese lugar, abajo me topo con una puerta y la atravieso, adentro hay servidores ojerosos comiendo. Entonces si llegamos a la iglesia.

-¡Abdamsa! ven-entre las cabezas de los servidores una cabeza resalta mas-me acerco con una pregunta pero otra pregunta se antepone a la mía-¿puedo hablar contigo cuando desayunes?-inclino la cabeza hacia un lado y achico los ojos.

-si claro-digo somnolienta.

-es muy importante, te espero en la capilla-se levanta y me dona el puesto-el desayuno es torta con gelatina.

-que bien...-me siento un tanto incomoda, yo iba a pasar de largo sin comer para no molestar. Me intriga en este momento es lo que quiere hablar el servidor.

La señora de la cocina pone delante de mí un plato con un pedazo de torta y otro de gelatina, le sonrío dándole las gracias y procedo a comer, menos ml que no me fui. La mesa queda ausentada de servidores y es ocupada seguidamente por guardianes, incluyendo al líder, el hermano del guardián.

Mientras esperan que les sirvan uno se queda dormido y cada vez que cabecea se despierta, a otro no le importó y puso sus brazos en posición de descanso y se durmió, algunos parecen que si hubieran dormido pero las ojeras que cargan los delatan.

Me termino el desayuno y voy a lavar mi plato, la señora me agradece y voy a buscar a Finjas a la iglesia, lo encuentro en el sagrario arrodillado, orando. Lo toco levemente y voltea a mirarme.

-pensé que se te había olvidado.

-no. ¿De qué querías hablarme?-toma aire y se sienta.

-desde que los trajeron, me refiero a ti y al grupo de personas que rescataron, he escuchado rumores y hay una persona que afirma que te vio ahuyentar a todos los demonios y ocasionar el fuego-no contesto-puedes confiar en mí, no voy a juzgarte-pequeño flashes llegan a mi mente pero son inentendibles.

-no recuerdo más allá de cuando llegaron los demonios-se que trata de leer mi mente o atisbar en mis ojos, pero no hay nada que esconder.

-te dejare aquí frente al sagrario, a ver si logras despejar tu mente. Si... recuerdas algo, búscame o mándame a buscar como finjas o el servidor de pelo amarillo.


                          Esto haciendo todo mal, no he sabido criar a mis hijas y tomo malas decisiones de las que luego me arrepiento. Miro la foto de mi difunto marido y estallo en llanto, si él estuviera aquí todo sería distinto, no estaría preocupada por la salud de Valentín ni por la desaparición de Abdamsa. ¿Qué tengo que hacer Rodolfo? Si pudieras darme una señal...

Si tu alma no se hubiese perdido, capaz y el señor dejara que me enviases una pista de cómo debo actuar. Me seco las lágrimas rápido cuando escucho la puerta de la calle abrirse y voy corriendo a ver quien llego.

Los Renegados/PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora