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Sanemi no lo había esperado, no por completo, pero sí había en el mundo alguien igual de ermitaño que él, era el mismísimo Tomioka Giyū. Sin embargo, tener sapiencia de que él hombre se estaba quedando allí para recuperarse de una última batalla, empeoraba todo.

El celo se estaba acercando y con ello, la necesidad de tener un alfa a su lado, era demasiado grande. Y como cualquier otro, el albino se encontraba totalmente cansado de pasarlo en soledad, utilizando solo sus dedos cada que sucedía. Su orgullo era tan enorme que la sola idea de pedir el favor a alguno de los alfas que conocía, en su mayoría los otros pilares, sería demasiado humillante. Era por ello mismo que encontró el lugar más cercano, una residencia donde se les era bienvenida la estadía a los cazadores de demonios.

Cuatro días allí en soledad, esperando a que todo acabara. Pero ahora, ante la sola idea de tener al imbécil de Tomioka a unas pocas habitaciones en la lejanía, complicaba todo.

Shinazugawa tampoco quería implicar el uso de sus encantos de omega en el chico bonito, que claro, se habían ido perdiendo ante la cantidad de cicatrices y músculos que le hacían poco delicado como los de su casta. Pero, ¿Y sí a Tomioka resultaba gustarle?

No, no, mierda, no.

Soportarlo, le estaba costando. Y la sensación de sus dedos en su entrada anal no harían mucho aparte de abrirlo y prepararlo. No podía estar allí necesitando de un alfa como el pilar del agua, alguien que muy en el fondo le interesaba más aparte de querer luchar en su contra.

No lo necesitaba.

... Termino accediendo a un objetivo completamente diferente.




—Necesito tu pene.

Directo al grano, sin querer decir algo como "necesito de un alfa como tú, ahora". La expresión en Tomioka no tuvo desfiguración alguna, aparte de un parpadeo ligero — ¿Cómo?

Era un idiota con todas las letras.

—Estaré en celo, en menos de una hora. —Trago saliva —Estoy harto de mis putos dedos. Y necesito algo real.

Aquello finalmente logró algo en el azabache, que bajase la mirada y diera un rápido vistazo al interior de su misma habitación, solo para regresar su mirar a los violáceos —No necesitas de mí, precisamente.

Gruño por lo bajo —Acabo de decirlo.

—Necesitas mi nudo, no a mí. — ¿Qué mierda? —De haber otro alfa aquí, probablemente lo hubieses elegido por encima de mí.

— ¿Estás insinuando que me acostaría con cualquiera, bastardo? —Lo fulminó con la mirada. El de ojos cerúleos mantuvo el silencio por un breve momento antes de proseguir.

—No. Pero sí estuviera otro alfa, que perteneciera a los cazadores, lo hubieras elegido por encima de mí, ¿No?... Siempre busque la forma en la que poder llegar a agradarte, Shinazugawa, pero en todas esas oportunidades has rechazado todo intento. Dejé de insistir al saber que te incomodaba, incluso cuando te ofrecí un ohagi.

❝ Lascivia ⌜ ᴋɴʏ - ɢɪʏᴜsᴀɴᴇ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora