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Tuve un sueño antes del amanecer.

Diminuta en la esquina esta, de nuevo con estambre de algodón entre sus dedos entra lanzando sus disculpas y amores perdidos.
Esta mirando la luna con tanto deseo, la soledad es su cuarto y condena.
Puedo sentirle, la noche hace de sus lagrimas perlas que guardan sus palabras y profundos secretos.

Pues las palabras son escasas y valen oro.

Se que ella no va a contarme la razón de su llorar, pero ahí está de nuevo.
Tiembla y no entiende la razón,
su corazón se fugó.

¿Todo bien, pequeña Lay?

Desperté con el corazón en la mano, de nuevo sueños sin razón y con todo sin razón.
Se que no debería llorar como las nubes, pero es inevitable. El verle me hace sentir este vacío, no puedo aclarar mi corazón.

No tengo ganas de ir a la escuela, no salí de la cama por el día de hoy.
Tampoco le interesó a mis padres o tengo amigos, así que no importará.

Las horas en soledad son mejor, cierro mis ojos y el negro en mi visión me consuela de el sueño.
Paso todo el día durmiendo, pero no sueño.

Tal vez mi estomago gruña de hambre, pero no le pondré atención.
Yo mando en este cuerpo, no quiero interrumpir mi descanso.

La noche opaca mis preocupaciones, para perder el tiempo conté las estrellas y las nombre.
Una de ellas es Lay, lo se.

Tan lejana y distante, tan diminuta y brillante.
Así es Lay.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2020 ⏰

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Mi juramento al amanecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora