Regalo inesperado

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Eso no debería estar pasando. Simplemente fue el flujo equivocado de las cosas. Sougo no entendía cómo terminó yendo a la habitación de Tamaki, estando sentado en la cama mientras el otro colocaba el V.A. En primer lugar él no entendía por qué fue que dijo que sí a la petición del ahora mayor de edad.

Estaba seguro de que su última relación con ese disco sería cuando fuera a devolverlo. 

Tal vez era normal que Tamaki quisiera que lo viera, después de todo él lo había rentado, ¿no? ¿No era eso lo natural? Pero Sougo no estaba del todo seguro de querer ver algo como eso. Mucho menos de ver algo como eso con alguien más. Que la chica en la portada se pareciera a él no ayudaba para nada.

Tamaki se sentó a su lado mientras la película para adultos comenzaba, habían puesto el volumen lo suficientemente bajo para que nadie más los escuchara, ¿pero quién estaría despierto en aquella hora? Aunque pensar en la posibilidad de que alguien lo escuchara y se hiciera la idea errónea... Ver a Sougo saliendo del cuarto del más joven sólo empeoraría la situación. El de cabello lila estaba por expresar sus preocupaciones cuando el más alto le hizo un gesto para que mirara la pantalla. Había empezado.

Difícilmente entendía cómo debían funcionar esas cosas. Una parte de él imaginó que sólo sería sexo, pero parecía que las películas para adulto complicaban un poco más ese factor. Trataban de dar una trama, aunque no fuera muy realista, para poder encajar sin número de escenas y situaciones sexuales. Por suerte el comienzo del V.A. que rentó parecía medianamente decente.

La chica estaba sentada en un salón de clases, mirando constantemente a uno de sus compañeros. Un chico alto y de aspecto atlético que tenía el cabello azul algo largo, su rostro no se veía con mucha definición porque él no era lo importante en la escena. Sougo no permitió que su mente tratara de pensar a quién le recordaba el chico de la pantalla. Cuando la escena cambiaba, la chica estaba sentada en el lugar del chico. Ahora el salón estaba completamente vacío. Fue un poco difícil entender qué estaba pasando hasta que se volvió demasiado obvio. Sougo no pudo hacer más que apartar la mirada cuando vio hacia qué lugar se dirigían las manos de la chica.

¿En serio iba a hacer algo como eso en un lugar público? Sabía que la escena había sido planeada con ese objetivo, pero le parecía de alguna manera inmoral. Por supuesto que el chico al que ella había estado mirando regresó al salón de clases, y al ver la postura en la que ella estaba, no tardó en acercarse para ayudarla. Sougo no quiso saber más y se centró a admirar a detalle la habitación de Tamaki.

Una parte de él quería voltear a verlo, pero tenía miedo de lo que pudiera encontrar en su expresión. Armándose de valor, Sougo miró en su dirección para encontrar que el más joven lo estaba mirando directamente. Otra vez esa expresión extraña en su rostro.

—No... ¿No es lo que esperabas? —preguntó odiando la duda inicial en su voz.

Esperaba que no se notara su incomodidad, pero por la forma en la que se resolvía en su lugar sabía que era imposible.

—¿Esto es excitante para ti?

La pregunta de Tamaki lo sorprendió al inicio, pero no tardó en su respuesta.

—No realmente.

Tamaki asintió.

—¿Y si imaginaras que eres tú... te excitarías? —preguntó esta vez con algo de duda en su voz.

—¿Imaginar que soy yo? —cuestionó Sougo y cuando miró hacia donde Tamaki señalaba se encontró con la expresión jadeante de la chica mientras era empujada contra el escritorio. 

Una cuerda roja rodeaba sus brazos y, ¿de dónde había salido? ¿ella la llevaba desde el inicio? ¿el chico lo hacía? ¿o era por uno de esos momentos donde el guión y la escenografía simplemente favorecían la escena? Recordando la pregunta de Tamaki, Sougo se vio inmediatamente en la posición de ella y bajó su mirada de nuevo sabiendo el color que debería estar tomando su rostro.

—Sou-chan —continuó Tamaki—. Si yo fuera aquel chico... ¿te excitarías?

—¿Por qué-?

—He visto como me miras durante los entrenamientos —no le dio tiempo a Sougo de hablar cuando agregó—: es el mismo modo en que yo te miro a ti.

Sougo no dijo nada. Miró fijamente el rostro de Tamaki mientras sentía sus mejillas arder y entonces recordó que Tamaki ya era un adulto. También recordó unas semanas antes algo raro que le había dicho el más joven, algo que no terminó de decir porque "todavía era pronto", o esas habían sido las palabras que utilizó. Sougo no le había dado la suficiente importancia hasta ese momento.

Y entonces lo entendió.

El motivo por el que Tamaki le pidió explícitamente a él que rentara un V.A. El motivo por el que escogió el único cuyos protagonistas tenían parecidos físicos a ellos. Lo había estado probando. Mientras Sougo trataba de entender lo que pasaba por la mente de Tamaki éste había estado planeando toda esta escena, y él lo había seguido sin cuestionar. Incluso cuando, en el juego del rey, el más joven lo mordió en el cuello, había estado pensando en esa misma escena.

No creía que fuera posible que su rostro pudiera estar más rojo, pero lo que más petrificaba al de cabello lila era que pese a la sangre en su rostro, una buena parte parecía haberse comenzado a mover más abajo. Mucho más abajo de lo que le gustaría. Tamaki también parecía más cercas que antes.

—Sou-chan, ¿puedo pedir otro regalo de cumpleaños? —preguntó con sus labios rozando sus oídos.

Sougo asintió.

—¿Puedo pedirte a ti?

Esa simple pregunta hizo que un circuito se desactivara en su mente y se recostara por completo en la cama. No era del todo consciente de lo que estaba haciendo, pero todo en su cerebro le decía que era lo correcto. Que era justamente lo que tenía que hacer. Y no pudo evitar preguntarse si el regalo era para Tamaki o para él mismo.

La película continuó reproduciéndose detrás de ellos mientras se ocupaban de asuntos más importantes.

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