Capítulo 1

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DISCAIMER: LOS PERSONAJES NO SON DE MI AUTORÍA. SOLO LA HISTORIA.

CAPÍTULO DEDICADO A AntheiaHH
DESPUÉS DE TANTO JODER AQUÍ ESTÁ AL FIN
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CAPÍTULO 1
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El dolor en su cabeza y la dificultad para abrir sus ojos le alertó que algo estaba mal. Trató de mover sus manos y en la derecha sintió una punzada. ¿Qué le había pasado? ¿Por qué le pesaban los ojos? Escuchaba ruido, pero no podía identificarlo. Había cierto olor molesto en el aire el cual no conocía, un pitido constante molestaba en sus oídos y un calor adormecedor en su mano izquierda le indicó que alguien la sostenía ¿Sería su padre?

El ruido cesó, pero el pitido seguía, al igual que el calor en su mano. Pronto la sensación de que alguien acariciaba su cabello se volvió relajante llevándola nuevamente a la inconciencia.

La próxima vez que se despertó, logró abrir sus ojos con dificultad, el lugar donde se encontraba brillaba demasiado y eso le hacia doler la cabeza y los ojos, estaba recostada en una especie de cama, mucho más pequeña e incomoda a las que estaba acostumbrada, tenía barras a los lados, como si fuera una cuna grande, giró su cabeza lo más cuidadosamente que pudo, cualquier movimiento brusco hacía que su cabeza palpitara dolorosamente, pero a su costado se encontró una caja con luces y sonidos era aquella caja la responsable del pitido ensordecedor.

Levantó su mano derecha, aquella que le dolía llevándola hasta la altura de sus ojos, logrando ver una pequeña manguera transparente conectada a través de su piel por lo que parecía ser una aguja en el dorso de su mano. Trató de no asustarse, algo había dentro de esa manguera que estaba entrando en su cuerpo ¿Era eso lo que provocaba su dolor de cabeza y su cansancio? Lentamente siguió el recorrido de la manguera de su piel, hacia el otro extremo, encontrando otra “caja” más pequeña que la anterior de donde salía la manguerita. 

Era suficiente, si aquello era lo que causaba su dolor, lo estaba quitando de su cuerpo. Ayudada de su mano izquierda, quitó con cuidado la “aguja”, fue más doloroso quitar  el plástico transparente que cubría dicha aguja que sacarla, lo que era raro, esa cosa que penetraba su piel era otro pequeño y delgado plástico y no una aguja como había supuesto. Sea lo que sea que le estaban metiendo en su cuerpo con eso, siguió saliendo derramándose sobre la cama, la pequeña “caja” comenzó a emitir un pitido constante, encendiendo una pequeña luz roja. Trató de sentarse sobre la incomoda cama, cuando escuchó una puerta abrirse, un jadeo escapó de quien hubiera entrado, llamando su atención. Allí parada en la puerta había una mujer vestida de blanco, la mujer tenía un semblante aliviado, como si estuviera feliz de que hubiera despertado, con una sonrisa volvió a salir, dejando la puerta semi abierta.

Ella volvió a lo que intentaba. Sentarse. Estaba siendo muy difícil, su cabeza palpitó y dejó de intentar lo que hacía para llevar una mano a su cabeza, encontrando una venda cubriéndola. No completamente, podía sentir su cabello, más cortó de lo que hubiera recordado llevarlo jamás.

La puerta volvió a abrirse, dejando entrar a un jovencito ansioso que se apresuró a su lado, lucía asustado y aliviado a la vez. Sus ojos marrón verdosos no dejaban de mirarla.

-¡Mamá! Estaba tan asustado de que no despertaras nunca-. El niño la abrazó con sumo cuidado provocando que se tensara.

¿Mamá había dicho?

-Creí que te perdería para siempre, el abuelo estaba como loco buscando al responsable del accidente para encerrarlo por hacerte esto-. Las lágrimas se derramaban a borbotones de los ojos de muchacho y ella lo único que tenía en mente era: ¿quién carajo era él y por qué le decía mamá? -¿Mamá?-. Le llamó él al ver que ella no le respondía, no lo tranquilizaba, no le hablaba, solo estaba ahí mirándolo, como si no lo conociera.

Amnesia (EvilCharming)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora