Hola, me llamo Eliot Radke, tengo 8 años.
Vivo en un departamento con mis padres, la vida aquí es relativamente tranquila, me levanto a las 7 am para ir a la escuela, como un poco de Corn Pops, mi cereal favorito, me pongo mi uniforme y tomo mi mochila. Mamá me lleva en el carro y llegamos en 5 minutos.
Al regresar a casa, a las 2 pm, como un poco de la comida que hace mi madre, la cual siempre es deliciosa. En las tardes, cuando termino mis deberes, mami me da permiso de saliir a jugar con mis jugetes al pasillo. Hasta que llega el.
El vecino de a lado, un hombre alto, delgado y con un Traje Gris, cada vez que llega la temperatura baja, los pájaros se alborotan y los perros ladran sin razón, siempre con un olor a humo, y cuándo me ve jugar en el pasillo se enoja, y grita que no obstruya su camino; una vez me tarde en recoger mis juguetes y los pateo, me dijo que no sabía cómo un niño podía ser tan inútil, que odiaba a todos los niños, siempre tan sonrientes. Se la pasa todo el tiempo encerrado en su departamento, solo sale de vez en cuando para gritarle a algún vecino que calle a su perro o que deje de hacer tanto ruido, todos lo odiamos, no logro comprender como alguien puede ser tan terrorífico.
Me da mucho miedo, me imagino que debajo de ese gran traje hay un monstruo con grandes colmillos y ojos rojos, esperando a que alguien se le acerque para agarrarlo con sus grandes tentáculos y devorarlo vivo. Nunca logro ver su rostro, siempre lleva una bufanda y una boina, es como sino quisiera que viéramos su rostro. Varias veces he tenido pesadillas con el en ellas, es muy escalofriante, siempre despierto sudando, esperando a que el no este ahí, y si, no lo está.
Hace un par de meses me baje un poco a los juegos que están en el estacionamiento de la unidad departamental en la que vivo, me columpié un rato hasta que alguien se acerco, era aquel hombre, llevaba una bolsa de papel que parecía tener dentro una botella, me caí del columpio del miedo, me miró fijamente y empezó a caminar hacia mi, sentía como mis latidos se aceleraban, empecé a jadear, me costaba mucho respirar, cuando este hombre estaba a escasos pasos de mi, pude percibir un hedor, el mismo hedor que el de mis tíos en navidades, me miró a los ojos, yo trataba de levantarme y enseguida dirigirme corriendo a mi casa, pero no pude, me paralicé, mi cuerpo no respondía.
- ¿Crees poder portar el Traje Gris?- me dijo con una voz entrecortada, como si estuviera a punto de caer en llanto.
No le contesté. ¿Cómo se suponía que debía responder a eso? ¿Acaso estaba jugando conmigo?
El hombre me miró fijamente varios segundos, esperando una respuesta, al ver que yo no respondí dio media vuelta y se fue.
Yo salí corriendo de ahí, subí las escaleras, y llegue a casa. No volví a salir a jugar en un par de semanas, temía que si el hombre me viera deambulando me devoraría, así que no salí.
Hasta que un día mamá me convenció de salir un poco, me acompañó. En ningún momento vi al hombre, pero podía sentir su presencia, yo se que estaba cerca. Días después la unidad se llenó de un olor pútrido, era un aroma insoportable. Los vecinos descubrieron que el olor venía del departamento de aquel sujeto. Mi madre me dijo que se había mudado y que se habían echado a perder sus carnes que había olvidado, al oír la noticia no pude dejar de sentirme feliz, al fin ese hombre me dejaría de atemorizar. Ese mismo día llegaron unos señores con una camilla, en la cual estaba una bolsa negra con algo muy grande y pesado, mi madre me dijo que era la carne que tenía aquel hombre, que el olor ya se iba a ir, que no debíamos soportar más ese olor¡Vaya que tenía bastante carne! Lástima que se haya desperdiciado tanto, pensé. La curiosidad me invadió y me asomé al departamento, estaban todos sus muebles, ¡si que era olvidadizo, se le olvido todo!
Creí que todo había acabado, pero no, el hombre seguía ahí, en mis sueños, en la escuela, en los juegos, en el pasillo, dentro del armario,en mi espejo; adonde yo fuera el estaba ahí, mirándome, no lo podía soportar, gritaba en las noches, en la bañera, todo el día, empecé a vivir asustado. Mis padres se preocuparon muchísimo, y al ver que mi terror cada vez era mayor, decidieron llevarme al psicólogo.
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El hombre del traje gris.
Short StoryEliot es un chico de 8 años, el cual nos describe lo fastidioso que es vivir con su vecino, al cual lo llama "el hombre del traje gris", a quien Eliot nos describe como un hombre malhumarado, alto, delgado y que odia a los niños. Este misterioso hom...