El Inicio de Todo

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Era a mediados de septiembre, a las afueras de Ensenada.

La época en la que las hojas de los árboles se vuelven cafés, y la humedad junto con las lluvias llega.

Siendo ya medianoche. Yo me encontraba escuchando música en mi cuarto, como cualquier otro día.

El cuarto con olor a cereza y ropa echa bola en la esquina. Alrededor del mismo con pequeñas luces navideñas que lo adornaban.

Miraba al techo pensando en qué hacer de mi vida mientras sonaba en los altavoces "Tierrita Mojada" de Ed Maverick.

Después de tanto pensar y escuchar canciones sin parar, me dio por echar un vistazo a las publicaciones de Facebook.

Mire algunas fotos de mis amigos pasándola bien en una fiesta, otros siendo felices con sus parejas, y algunos otros sufriendo por falta de amor y su soledad.

Tras haber visto tantas fotos y videos, llegue a la sección de "Gente que quizá conozcas". El área que nunca sueles ver porque aparece gente rara.

Entre ellos se encontraba una chica la cual llamo todo mi interés por lo bella que se miraba. Su nombre era Agnes.

Una chica, con cabello pelirrojo ondulado, pecas, lentes redondos, bonita vestimenta y bonitos ojos cafés.

De esos ojos que si los ves a la luz del sol tornan un color amarillo miel.

—Wtf Louis, ¡tienes que enviarle solicitud ahora mismo!—Pensé yo bien emocionado.

De inmediato pase a su perfil, mire algunas fotos suyas y procedí a enviarle solicitud con el rostro bien sonriente.

Pero igual, todas mis inseguridades y preguntas tontas llegaron.

—¿Aceptará mi solicitud? ¿Qué Pensara de mí?

—Tal vez piensa que soy un chico raro por haberle mandado solicitud tan tarde

—Tal vez solo estaba exagerando la situación y ella sin darle importancia solo me aceptaría o eliminaría mi solicitud—Pensé yo.

Después de haberme envuelto en tantos pensamientos y preguntas, mi celular vibro.

Voltee a ver el celular con los ojos bien abiertos.

—¿Será ella?—Me pregunte bien nervioso.

Tome rápido mi celular para verificar si era ella la razón por la cual el celular vibro.

Para añadirle suspenso, decidí abrir lentamente uno de mis ojos mientras desbloqueaba el celular.

Y en definitiva, era ella.

No lo podía creer, me parecía algo imposible que respondiera la solicitud tan rápido.

Aun así, pegue un brinco en mi cama de la emoción y de inmediato fui a mandarle un mensaje, sin siquiera pensar si ella lo vería extraño.

Obviamente pensé mucho que mensaje mandarle, no quería verme como un tonto o como un chico cualquiera.

—Hola, buenas noches—Dije yo intentando ser cortés.

—Hola.

—¿Cómo estás?

—Muy bien, ¿y tú?

—Que bueno, yo estoy bien.

—Gracias, me da gusto saber eso.

—¿Qué estás haciendo?

—Estoy leyendo un libro. Se llama Eleonor & Park, mis amigas me lo recomendaron porque según esta muy bonito.

Mis ojos se iluminaron al leer su mensaje. No hay nada más sensato que una mujer que lee. E igual, estaba nervioso porque no quería decir algo torpe hacia ella.

Nuestra HistoriaWhere stories live. Discover now