C A P I T U L O 5

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Una semana
ya había pasa desde esa noche.

Ya estaba cansada de buscar explicaciónes donde no las hay los pocos recuerdos de esa noche eran casi inexistentes.

Solo recordaba cosas incoherentes

Eso solo  aumentaba mi desesperación

Y la espera

La maldita espera

pero  de qué...

Ni yo misma sabía que esperaba

No sabía si estaba esperando a Scott o solo esperaré  que me dijera que no jugaron con sentimientos que el no me utilizo y que quiere algo conmigo.

Pero yo sabía que la segunda opción era muy fantasiosa hasta para mí misma

Decidí  apartar todos esos pensamientos malos o buenos

Solamente los alojé en una parte remote de mi cerebro a la cual no tenía acceso

Y sólo podía esperar a que no volvieran

— ¡Leyla! — grito mi mamá desde la cocina — baja, ya está lista la cena — volvió a gritar y por alguna razón me sentía aturdida, mis oídos estaban más sensible  de lo normal al igual que mi olfato.

No respondí no tenía deseo de gritar
Solo me levanté de la cama y le oblige a mi cuerpo a seguir caminando para luego de cinco minutos llegar a la cocina y me pareció inexplicable que por esa distancia tan corta mi cuerpo ya estuviera cansado.

E incluso podía decir que que si daba unos cuantos pasos más me agota aria   como si hubiera corrido un maratón

Era un cansancio físico que ni siquiera cuando llegaba del gym se sentía así

— toma cariño estás segura de que te sientes bien estás un poco pálida quieres ir al doctor por qué si es así podemos...— su preocupación era clara

Pero el miedo me invadió en el instante que dijo doctor

Si había algo a lo cual le tenía miedo eran los hospitales, clínica, doctores y demás

No podía evitarlo simplemente era algo que estaba en mi sistema
nervioso.

— mamá, tranquila solo estoy cansada ¿Esta bien?. No tienes de qué preocuparte por qué estoy bien — mi respuesta fue rápida y segura

Ella frunció los labios y los abrió para contestarte cosa que no llego gracias a que en ese momento el timbre de la entrada principal se escucho por la casa 

Sabia que la repuesta que diría mi madre no sería de mi agrado

Cuando se dio la vuelta le dedique una sonrisa inocente y le susurré un te amo, a lo que ella respondió con un yo más

Para después darme la espalda y encaminarse hasta la puerta lo cual no era muy lejos

Escuché unos murmullos pero eso no fue lo que llamo mi atención, fue la familiar colonia masculina muy conocida por mis fosas nasales

Solté el tenedor como si de fuego se tratase cosa que hizo llamar la atención de los presentes

No me sentía lista para esto

He vuelto

Esa voz que inexplicablemente estaba atada a mi volvió

Avía dejado de oírla desde hace un par de días o más no recuerdo exactamente

Mi madre fue la primera en alarmarse

— cariño, ¿te sientes bien? — su preocupación solo logro alterarse un poco más

No todo es color de rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora