Hersus. [Two-Shot]

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"Mejores Amigos."
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Herny y Jesús eran mejores amigos desde sus doce años, época en la que el mayor descubrió su sexualidad, trás empezar a sentir atracción por el castaño. Y es qué, hasta ese momento, el de ojos pardos, juraba sentirse atraído por las mujeres.
Finalmente, cuando cumplió catorce, él y su grupo de amigos decidieron salir de fiesta. Aquel día, el chico besó a un tío un poco mayor y fue entonces cuando confirmó sentirse atraído por los hombres.
Sus amigos parecían sorprendidos, pero le aceptaron tal y como era. Jesús, que para el momento tenía novia, quedó un poco más extrañado, puesto qué, en repetidas ocasiones el dúo había hablado sobre mujeres.

Los años pasaron rápidamente y su amistad era cada vez más cercana. En un principio, parecía no ser un problema, pero a medida que el tiempo transcurría, Herny ya no podía negar sus sentimientos por el castaño y este, comenzaba a sentirse confundido.

•••


Estaba esperándole con ansias, olvidando aquel sentimiento cargado de amor que resoplaba en su pecho.
El de ojos azules vendría a jugar videojuegos con él y, seguramente, dormirían juntos. No les resultaba incómodo y aunque más de una novia del otro se había espantado al saberlo, ambos tenían muy en claro que no había nada de malo en ello.

Las llaves ingresando en la cerradura le hicieron esbozar una sonrisa tonta. Hacía unos pocos meses el mayor se había mudado solo y por culpa del trabajo, no tenían mucho tiempo para verse, así que le entregó una copia de la llave para que el ojiazul le visitara cuando quisiera.

—¡Hombre, Herny!— lo saludó efusivo mientras corría a abrazarlo.—Han pasado 84 años desde que no te veo, tío.— se quejó estrujandolo.

—¿Qué dices, loco? Nos vimos este lunes.— río con cierto nerviosismo el otro.

—Pero dime qué no me has extrañado, anda.— contestó con una sonrisa egocéntrica plasmada en su rostro y el otro negó bajo un risueño "Qué chaval".—Venga, tío. Ofreceme comida o algo.-

—Macho, siempre que vienes te tragas todo lo que ves.— se quejó dirigiendose a la cocina.

¿Acaso eso ha sonado tan mal como yo creo?

—Ya. Pero se supone que no te veo por tu trabajo, lo mínimo que espero es que me alimentes.— lloriqueó el menor.

Venga, Jesús. Eso ni siquiera tiene correlación.

—¿Es que tanto me extrañas?— cuestionó con la voz ligeramente más grave.

Va a volverme loco como siga haciendo eso.

—Claro. He pasado de verte todos los días a con suerte verte una vez por semana.— suspiró con tristeza.

En los últimos meses el mayor no salía de su cabeza y, Jesús, peleaba con la idea de haberse enamorado. Después de todo, no lo extrañaba como un simple amigo.

—Jesu'...— el otro dejó la comida sobre la encimera y abrazó al pequeño con ternura.—en verdad lamento no poder pasar más tiempo juntos, pero mira el lado positivo, finalmente son vacaciones.— lo zarandeó con emoción y ambos rieron.

•••


Después de comer comenzaron a jugar y hablar de todo un poco. En cuanto la emoción de ambos subía debido al juego de carreras, el calor aumentaba.
El mayor se quitó la camiseta ágilmente y el otro perdió la concentración en el torso de su amigo. En cuanto lo vió festejar supo que había perdido.
Con un ligero sonrojo se quitó la camiseta él también.

[One-Shots]; Hersus.💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora