🍃Capítulo 12🍃

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Un gemido casi agudo resonó por toda la habitación.

JiMin se apartó un poco, pero con la vista clavada en el cuerpo semi curvilíneo de su esposo; para proceder a desabotonarse la camisa en un tiempo record y poder bajar sus pantalones, negros y planchados, para tirarlo en cualquier rincón de la habitación en la que se encontraban ambos amantes. YoonGi al notar esa distancia abrió sus piernas, enseñándole al menor su fruncida entrada rosa.

—JiMin... Por favor.

La mirada del mayor recorrió todo el abdomen casi marcado de Park, hasta que bajó y vio el bulto formado en los boxers del menor. El profundo y ronco gemido del contrario lo hizo estremecer, sintiéndose dominado con el delicioso sonido del contrario. El pelinegro jadeó, cuando sintió a su esposo meterse entre sus piernas y sentir la polla dura del menor rozar con la suya, una fricción deleitante. Empezó a retorcerse con desespero cuando el chico sobre él atacó con voracidad sus pezones chupando ambos botones a su antojo, poniéndolas de un lindo color rojizo ante los ojos del castaño; a lo que recibió jadeos y chillidos por parte del pelinegro; sumamente exquisitos.

No recordaban con gran exactitud como es que llegaron a ese punto, y era aún más difícil cuando JiMin besaba con desespero y rudeza los suaves y esponjosos labios del más alto. Estaba demasiado excitado para tener tiempo de pensar qué es lo que pasó, sólo necesitaba a su hermoso esposo dentro de él, abusando de su próstata y haciéndole ver las estrellas. El cómo terminaron así fue algo que no estaba en los planes de los recién casados; YoonGi se iba a dar un baño para poder salir a cenar con su marido, a uno de los mejores restaurantes de París en la luna de miel de ambos; desgraciadamente la toalla que envolvía su esbelto cuerpo cayó al piso en el cual JiMin ya vestido con su traje negro, tuvo una gran vista de la perfecta anatomía de su pareja.

El húmedo sonido, las respiraciones ruidosas y el chasquido de lenguas fueron interrumpidos por una llamada entrante al celular del pelinegro.

—No contestes, hyung —la áspera lengua de JiMin bajó a su mandíbula dejando besos por toda esa zona.

Min no hizo caso, ya que puede ser algo importante, buscó su teléfono que se encontraba en la mesita de noche, sus manitas tantearon el mueble hasta encontrarla que enseguida la tomó y contestó.

—¿Sí, diga? —sonó casi un suspiro.

YoonGi ¡¿Dónde están?!

Los besos bajaron a su cuello; lamiendo y dejando suaves chupetones que obviamente iban a dejar marcas para el día siguiente, pero ahora eso no importaba. Volvió a gemir con más desespero, quería de una jodida vez al menor dentro suyo.

Las quejas casi audibles de la llamada fueron cortadas con un "_ajá_".

El celular cayó al suelo y no se supo nada del aparato.

—No quiero que nadie nos interrumpa YoonGi —la voz dominante de su cónyuge lo hizo estremecer por segunda vez en esa noche pasional. El joven asintió y JiMin agarró ambas manos de su niño sujetándolas por encima de su cabeza. Su mirada examinó la habitación buscando su corbata roja, para amarrar al pelinegro, lamentablemente no la encontró.

YoonGi se removió bajo el hombre que estaba encima suyo, para soltarse del agarré de aquellas manos, pero fue un intento casi en vano; quería que las manos del más bajo tocarán su piel, que llegarán a las partes más sensibles de su cuerpo y lo hagan delirar.

ℕ𝕠𝕧𝕚𝕠 𝔽𝕖𝕠 🌟 𝕁𝕚𝕞𝕊𝕦 🌟 𝔸𝕕𝕒𝕡𝕥𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora