Tenía yo 25 años ya, era todo un adulto suficiente he independiente; la mayor parte de mi día lo ocupaba en pasarla en el bosque buscando cualquier indicio de un berteno o en el menor de los casos una bestia feroz que de igual manera quisiera devorarnos, cada huella, cada rama rota era una pista, averiguaba cual eran los puntos más accesibles a la villa, puse varias trampas colocadas en puntos estratégicos, ningún troll se alejaba tanto de la villa como yo así que no había problema en que algún desafortunado idiota cayera y muriera, de pronto empecé a escuchar el acostumbrado estruendo causado por Poppy y toda la villa, me encontraba como a un kilómetro de la distancia y los escuchaba como si estuvieran a mi lado, mi corazón se aceleró y decidí regresar a mi casa en espera de evitar la música y evitarla a ella, desde aquella fiesta hace 5 años he tratado de evitar la presencia de Poppy a toda costa, sin querer aceptar mis emociones crecientes, aquel deseo de pasar una tarde de juegos evolucionó a otra que me causaba demasiado conflicto interno, simplemente me negaba a aceptar el hecho de que yo pudiera sentir algo por ella, me negué en definitiva a aceptar cualquier sentimiento de aquel tipo, o eso quería creer mi parte herida; había noches en las cuales, supongo yo, estaba demasiado cansado y mi férrea voluntad flaqueaba dando paso a intrincadas fantasías donde todo el resto de la villa se hubiera perdido de alguna manera y solo quedáramos nosotros, sin bailes, sin abrazos grupales, sin fiestas ni canciones, solo ella y yo charlando en una cena a la luz de la luna, dormir abrazado a ella disfrutando de un silencio inmaculado y romántico, disfrutando de la existencia del otro, me ponía de pie a escribirle cientos y cientos de poemas tontos; una vez regresaba a mis cabales ocultaba todo rastro de aquel momento de debilidad.
Había estado recogiendo leña temprano por la mañana para no tener que salir de noche y ser testigo de los insoportables festejos de esta villa de locos, sin querer escuché la estruendosa voz de la princesa que se escuchaba feliz por alguna razón, ¿Y qué cosa no la hacía feliz? Todo era una verdadera dicha para ella; a medida que me acercaba vi que se trataba de Poppy y su padre —Ya cumpliste la edad necesaria hija, mañana serás coronada reina y tomarás mi lugar como lider de los trolls, igual como yo lo hice cuando tenía tu edad, oh mi niña ya es toda una mujer, tu madre estaría orgullosa de ti— decía el rey Peppy a una emocionada Poppy quien no tenía cabida en el pecho para tanta felicidad, otra vez caí en los encantos de su risa, el verla tan feliz era un tortuoso deleite que me hacía conocer el cielo y el infierno todo al mismo tiempo, para mis adentros pensé ¿Cómo habría sido mi vida si aquella tragedia no hubiera ocurrido? Quizá estaría cantando junto a ella todos los días, abrazándola todo el tiempo y sintiendo felicidad, la habría presentado formalmente a mi abuela como mi novia y hubiéramos pasado momentos de plena y dulce felicidad, que relativo es el tiempo mi querida Poppyta, un solo pensamiento me bastaba para imaginar una vida entera a tu lado, y la vida que viví contigo se iba tan deprisa que se convierte en un efímero pensamiento, sea como fuere, me da tanto gusto haberla compartido contigo, mi dulce y brillante amor.
Regresando a lo de la coronación, Poppy comenzó a hablar sobre todas las cosas que haría en su reinado, triplicar fiestas, abrazos, canciones, bailes y hacer el mayor escandalo posible, todo sentimiento hermoso que pude haber tenido quedaron empañados por a rabia he indignación, ¿En serio aquella inepta sería nuestra reina? No tardaría mucho en hacer que nos encuentren los Bertenos y por culpa de ella todos morirían, salí de mi escondite y como era costumbre me dejé llevar por la ira y le dije muchas cosas hirientes, me fui de ahí cuando vi que comencé a pasarme con mis comentarios, esta vez si me sentía demaciado mal por lo que dije, fui a casa buscando como remediar lo que había hecho, el pensamiento más imbécil que pude tener surgió en mi cabeza, le escribí una disculpa que sabía que la alegraría, un poema tal que la habría dejado sin habla, pero primero debía encontrar la manera de tenerla solo para mi, alejada del pueblo lo suficiente como para poder expresarme con liberad.
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Definición de felicidad
Fanfiction¿Cuál es la definición de felicidad? Cada persona tiene un concepto distinto de aquella palabra; Ramón, el troll feliz que odiaba las muestras de afecto, cantar o bailar como cualquier troll nos invita a escuchar su propia definición de lo que es fe...