El pelinegro se acercó a mi con velocidad, cogiéndome del brazo y cerrando las puertas tras de mi.
-¡Ray! Dime ya q- Ray me tapó la boca con la mano agresivamente, se le veía ojeroso y muy irritado, tal vez no había sido buena idea.
Me llevó más adentro de la biblioteca y me gritó susurrando, alterado.
-¡Que demonios haces aquí! Son las 4 de la mañana, tira para tu cama -exclamó silenciosamente, nunca me había gritado enserio, solo cuando me regañaba por hacerme daño.
-¡Yo solo quiero saber que te pasa! Llevas días muy distante y me tienes muy preocupada -grité en susurro también.- sabes que puedes contarme lo que sea, yo solo intento ayudar...
-Lo siento, solo déjalo, de verdad no es nada.
-¡Si que es! ¡Dime, quiero ayudarte! -exclamé, esta vez gritando de verdad, poniéndome de puntillas para ser justo de su altura e intentar parecer más amenazante.
-¡Shhht! -Ray miró preocupado la puerta por si Madre nos había descubierto, pero yo seguí gritando que me lo dijera.
De repente el pelinegro me tapó la boca y me llevó detrás de la estantería, con la puerta de espaldas. Se había pegado espaldas a la madera de la alta estantería, conmigo pegada a su cuerpo y su mano haciéndome fuerza en la boca.
-Madre está aquí, haz el favor de callar.- me susurró al oído, lo que me dio un extraño escalofrío.
Escuché unos pasos, Ray asomó la cabeza, y yo también. Vi a Madre mirando su reloj como siempre, y yéndose, pero antes sonriendo de una forma un tanto tenebrosa. Nunca había visto esa expresión en ella y me quedé algo confundida.
Cuando por fin se fue, el pelinegro me soltó y suspiró.- ¡No vuelvas a hacer eso, maldita sea! -gritó en susurro dándome un leve golpe en la cabeza.
Pero yo seguía preocupada, parecía enfadado, y ya no sabía que hacer para que me contase que le pasaba. El solo se quedó mirándome en silencio, y se sentó arrastrando su espalda por la estantería camino al suelo.
Le miré y me senté a su lado, el solo jugaba con su pelo y miraba al suelo, en una expresión entre deprimida y pensativa. Quería saber en qué tanto pensaba.
Aún me cuestiono si hice bien en preguntar.
-¿En que piensas? -le dije, el no respondió, solo dejó de tocarse el pelo.- ¿en que piensas? -me volví a decir.
-En que te quiero.
Me sonrojé un poco, el era muy inexpresivo y tenía las veces contadas de las pocas veces que me había dicho algo así. Aunque esta vez lo sentí diferente.
Ocultando ese sentimiento con "es porque está triste" intenté que me dijera algo más para llegar a su problema.
-Yo también te quiero, por eso quiero saber que te pasa.- tomé la mano que tenía apoyada en el suelo. El dio un brinco al notarme, y me miró, su mirada era la de siempre, pero él se veía asustado.
-_______ eres a quien más quiero de todo este horrible lugar.- tomó mi mano con fuerza y se acercó a mi, mientras yo me sorprendí, ¿horrible lugar? Es su casa.
Luego entendí el porqué de sus tristes palabras.
-Ray, ¿que sucede? ¿Horrible lugar, tienes ganas de irte ya? ¿Es eso? -tras pronunciar las últimas palabras su expresión entorno una de pánico, tomó mi otra mano y hundió la cabeza en el suelo, tomando mis manos con fuerza.
-¡Yo me doy igual, quien no debe irse eres tú! -noté gotas en mis manos, y por su ronca voz intuí que eran sus lágrimas.- No quiero ver como te vas a sus platos sin hacer nada, tú no...
¿Sus platos? Cada vez entendía menos, lo único que hice fue acariciar sus manos con mis pulgares esperando que me explicase a qué se refería.
Pero esa explicación nunca llegó.
Solo se quedó ahí llorando, en silencio, y susurrando que le llevasen a él. Realmente no entendí nada, pero por mucho que le preguntaba, no decía nada.
Al rato se calmó, dejó de apretar mis manos, y su cuerpo empezó a caer. Para cuando me di cuenta, se había dormido usando mis húmedas manos en lágrimas como almohada.
Y antes de poder evitarlo, caí dormida, detrás de la tercera estantería de la biblioteca. Soñé estando en los brazos de Ray, yendo por un pasillo oscuro, y luego estar en un cómodo lugar, similar a una nube. A lo mejor no fue un sueño, porque desperté en mi cama.
En cuanto escuché a los niños gritar por el pasillo, desperté de golpe, y lo primero que pensé fue en Ray llorando. Ahora todo era muy difuso, recordaba todo pero a lo mejor era un sueño.
Con esa duda, salí de mi habitación. Ray pasaba justo delante mío, con una toalla encima de su goteante cabello recién lavado.
Simplemente le miré, esperaba que me ignorase pero en vez de eso me revolvió el cabello y me ofreció su sonrisa de siempre con un "buenos días, dormilona"
Solo con ver su expresión de siempre, se me humedecieron los ojos. Pensé que tal vez mis recuerdos no eran un sueño, y de verdad ahora estaba mejor.
Sin poder contenerme me lancé a sus brazos y le rodeé con fuerza, riendo. El solo suspiró y me abrazó de vuelta.
Las gotas de su cabello rodaban por mi espalda, en lo que parecía un bonito momento donde no había ningún problema.
Pero nadie se había fijado en la mirada de Ray, no tenía nada nuevo, era su mirada de siempre.
Pero su mirada siempre había pedido ayuda.
Hola hola
Hasta aquí el cap 3, espero que te haya gustado, si es así dale a la estrellita y comenta, ¡me ayuda mucho!
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Hilo Rojo - Ray x Tú - The Promised Neverland.
Fanfikce¿Que pasaría si Conny se hubiera llevado a Little Bunny? Eso pasó aquí, dónde ______ le recordó a Conny llevarse a Little Bunny antes de partir, completamente ajena a que ese gesto podría terminar con su vida. ~�...