Ana mira a la chica que acaba de insultar Jasmine, tiene ganas de acercarse y consolarla y de darle un puñetazo a Barbie (Jasmine), pero no lo hace, recuerda lo mucho que sufre ella y en que nunca hay nadie para consolarla y ayudarla.
Suena el timbre, camina por un callejón de un barrio de mala pinta, se encuentra la puerta abierta como de costumbre "que este dormido, por favor" ruego Ana mientras sube las escaleras de incendios que llegan a la ventana de su cuarto.
Entra con tanto cuidado que apenas hace ruido, se sienta en su cama que esta muy vieja, y con un rotulador negro pinta en la pared de su cuarto.
Al rato, de repente la puerta se abre de golpe y se oye una risa ronca
- Así que ya has llegado..- dice un hombre que lleva ropa sucia que huele mal y una botella de alcohol en la mano- ¿que tal el instituto?
- Bien- responde Ana seria guardando el rotulador
- ¿Solo bien? Que pasa, ¿no tienes amigas?- pregunta, luego bebe y se seca con la mano- claro que no, tu nunca tendrás amigas, igual que la furcia de tu madre!
Entonces tira la botella al suelo y agarra a Ana del pelo y le da unos cuantos golpes mientras Ana grita llorando
-¡Suéltame!-grita- llamaré a la policía un día de estos
-¿Tú?- dice el hombre a carcajadas- nadie quiere que hagas eso, ¿verdad? hijita mía
Y se aleja riendo, Ana llora en su cama, tiene nuevos moratones "más para la colección" piensa