Mi Señor?

534 39 8
                                    

Boku no hero y overlord no me pertenecen, los créditos a sus respectivos autores


Hoy el día fue más duro de lo normal. Cuando el maestro dijo que iba a aspirar a UA, todos se rieron de mi, otra vez, pero eso no me haría bajar los brazos, nunca lo hice hasta ahora y no lo iba hacer en el futuro.

Aunque Kacchan siempre me intimide y trate de acabar con mis sueños, no lo haré, salvaré a todos y demostraré que puedo ser un héroe, aunque no tenga quirk. El primer paso, entrar a UA, sera duro, y tal vez imposible, pero lo daré todo.

Bueno eso pensé hasta encontrarme con All Might. Pensé que el me mostraría un pequeño rayo de luz de esperanza, pero al parecer la realidad, así como lo golpeó a el, y lo dejo en este estado tan demacrado, me golpeó a mi.

No puedes ser un héroe sin poderes, solo serás una carga, un simple juguete para aquellas persona que con su poder, cumplen sus deseos egoístas. No puedo pelear, y mi mejor opción para ayudar a los demás es o ser un policía o un Médico, no son opciones malas, pero no es mi sueño.

- Bueno, creo que es hora de buscar otro camino.
Dijo Izuku, con una voz triste, su cuerpo encorvado mostraba la decepción y tristeza que sentía en este momento.

Mientras caminaba a la estación, para regresar a su casa, el atardecer estaba volviendo el cielo con un hermoso naranja, y la sombra de los departamentos llegaba a sus pies, diciéndole que se encontraba cada vez más cerca de su parada en la zona céntrica de la ciudad. Lo extraño era que no había nadie en su camino, como si las personas que toman este camino se hubiesen desvanecido.

Pero Izuku no lo noto, y siguió su camino, hasta, que en un un cruce de calles, se detuvo y vio los pliegues de un vestido blanco.

Fue tan repentino, que levantó la mirada un poco, vio hermosas plumas negras saliendo de su cintura, y mientras subía su mirada, encontró con una hermosa y curvilínea mujer.

De ojos dorados y pupila rasgada, y cabello negro como la noche, con unos cuernos blancos y redondeados saliendo de ambos lados de su cabeza, hasta que las puntas llegaron a los lados de su frente.

Su vestido era blanco y pulcro, con algunos detalles en dorado, y una telaraña del mismo color, sosteniendo sus voluptuosos pechos, al verlos el chico se sonrojo, y aparto la mirada de ella.

Unos segundos después, volvió en si, y se dispuso a seguir su camino, pero unas suaves manos, cubiertas por unos blancos guantes, tomaron las suyas.
Al girarse, vio a la mujer, con unos ojos que querían dejar escapar unas lágrimas y una mirada, llena de una felicidad indescriptible.

El joven empezó a ponerse rojo, y estaba por apartar su mano, cuando la mujer lo abrazo, contra su pecho, fuerza y cariño sentía en en ese abrazo.

Como si ubiese encontrado el objeto más valioso del universo. Izuku sintió el calor del cuerpo de la mujer, tan cálido como el abrazo de su madre pero a la vez distinto, tal vez por los suaves e inmensos pechos de la mujer, que presionaban su cara e hizo que el muchacho perdiera el aliento poco a poco, mientras toda su cara y su cuello se volvían rojos como tomate.
Solo una palabra pudo salir de el joven antes de que la falta de oxigeno empieze a afectarlo.

- aire.

Con ello, la hermosa mujer detuvo lentamente su abrazo. Se arrodilló ante el muchacho, con sus calidas manos embolvió las mejillas de Izuku y con su pulgar derecho, froto las pacas del muchacho, como si quisiera grabar en su mente, el tacto de estás.
Luego, las lágrimas que estaban contenidas en la comisura de sus ojos, empezaron a caer lentamente mientas su sonrrisa temblaba, y a los ojos del muchacho, parecía que iba a llorar desconsoladamente en cualquier momento.

El Propietario de la TumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora