En el mundo existen criaturas que los humanos consideran como mitos. Sin embargo ellos son reales y viven como nosotros, la diferencia es que ellos tienen una naturaleza e incluso instintos diferentes.
Estos seres son tan similares a nosotros que i...
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Año nuevo, Hoseok se encontraba en una gran fiesta, había personas de la universidad y de otros lugares. Incluso menores de edad, pero claramente Jung se alejaba de ellos.
Todo iba bien, es decir, lo normal. Sus amigos no estaban en esa fiesta, obviamente, porque desde el principio supo que ellos no eran ese tipo de personas.
Pero Hoseok es un sátiro, es decir, su naturaleza pedía ir a fiestas, embriagarse y tener sexo. Mucho y buen sexo. Ser un sátiro lo protegía de cualquier enfermedad, lo único que debía cuidar era de no embarazar a alguien porque su naturaleza impedía que tuviera ese sentimiento de buscar descendencia. Si, su naturaleza era como un simple macho alfa buscando estatus gracias al sexo.
Desde que aprendió lo divertido de las fiestas, no había fin de semana que no estuviera en una. Agradecia las noches en que su madre tenía turno en el hospital, de esa manera no la molestaba, aunque ella supiera bastante bien lo que hacía. Lo dejaba ser, siempre que tuviera cuidado.
Sin embargo últimamente se sentía más solo, su madre trabajaba, además ya era mayor y le daba vergüenza pedir que lo acompañase en una noche de películas o que le diera mimos. La mujer llegaba sumamente cansada, lo último que podía pedirle es que se quedara con el viendo películas. Era ridículo.
Sus amigos, últimamente cada quien se iba por su lado. Admitía que él había hecho eso, separarse. Pero no era su culpa temerle a Yoongi, no era un miedo real, era simplemente temor a ser juzgado por el chico, como muchas veces había pasado. Incluso sentía un poco de miedo con Namjoon. Porque no quería acercarse demasiado y luego que ellos lo juzgaran.
Estaba considerando la opción de caer de rodillas y disculparse, tal vez invitarlos para ver películas y comer comida chatarra. Aunque tuviera que aguantar el discurso de Jungkook sobre porque era malo comer aquello, cuando igualmente comía de todo.
Suponía que era lo mejor que podía hacer, no quería alejarse más de las únicas personas que eran importantes en su vida, después de su madre claro.
Dejó sus divagaciones de lado al ver en la pista de baile a un chico hermoso de cabello castaño. Tenía un perfil bellísimo como si los mismísimos ángeles lo hubieran tallado y su sonrisa era tan linda y tierna.
Fue un segundo el que ambos necesitaron para conectar miradas, el castaño se acercó poco a poco, se podía notar la inocencia. Aunque estuviera en aquella fiesta, Hoseok presentía que ese chico no estaba acostumbrado a aquello y que bailaba como quien baila su canción favorita.
- Hola precioso - sonrió Hoseok - ¿algo de beber?
- ¿Hay sodas? No me gustó el sabor del alcohol - hizo un puchero
- Claro - tomo un vaso desechable y sirvió gaseosa - Soy Hoseok ¿tu eres?
