Lunes

24 1 0
                                    

Aquella noche crucé mi puerta sin saber que al abrir la tuya iba a encontrarme con tal sorpresa; desde el momento en que te vi lo supe: nada iba a ser como yo lo esperaba, o más bien, nada seguiría la intención que tenía al salir de mi casa y que había desaparecido al entrar a tu carro.

No entendía qué pasaba conmigo. ¿Yo? ¿Ponerme así? No. Casi nunca. Verte arreglado, no sé si para ti o para mí (como sea, estabas hermoso), perfumado, con reloj, sonriéndome...

Me sentía nerviosa, y a la vez, me sentía yo. No tengo la más mínima idea de la magia que debías llevar contigo para lograr hacerme sentir tales cosas juntas, pero yo, Isa, lo amé.

Qué lindo fue verte y no sentirte desconocido, sino más bien, amigo.

Estuvimos en mi lugar feliz y yo estaba muy feliz porque estábamos viendo una película que hace rato quería verme.

Todo transcurría con "normalidad" hasta que levantaste esa barrera que nos separaba y me abrazaste. Y entonces fui la mujer más feliz del mundo. Tenía el pecho inundado de amor, de gusto; aún no lo he logrado entender y mucho menos lo he podido describir con palabras.

Luego de que me estuvieras abrazando y acariciando, nuestras manos se entrelazaron y solo pude preguntarme cómo habíamos terminado en lo que yo sentía que quería y no me atrevía.

*No teníamos nada, pero vaya que sí existía algo entre nosotros.*

*Ojalá te vieras a través de mis ojos.*

Me trajiste a mi casa y no quería que vos, es decir, ese momento, te acabaras. Nos quedamos hablando de todo y de nada a la vez. Realmente no sé qué me parecía más fascinante: si escucharte hablar o verte haciéndolo. Confieso que han sido muchas las veces en las que no te oigo por quedarme absorta viéndote; pero calla, no le cuentes a nadie :)

Me encantó que me escucharas así, de esa forma que sabés hacerlo vos: mirándome fijamente, atento, sin juzgar.

Qué lindo fue, es y será sacarte una sonrisa con mis ocurrencias. Sonríes lindo. Me gusta verte sonreír. Quiero que sonrías siempre.

Aquella noche anhelaba besarte y no quise tomar el riesgo; no sabía si tú querías lo mismo.

Nos despedimos y al rato nos texteamos. También querías besarme y yo enloquecí con aquel mensaje.

Me desvelé feliz, pensando en ti.

lxsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora