IV

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—Debo buscarla. —Me levanto del suelo y camino hacia donde pudo haber ido.
—Hola, Carlitos. —Saluda Mar con sarcasmo. —¿Haz visto por ahí a Kathie?
—No lo se, debo irme
—¿Tienes alguna cita o porque tan deprisa? —Pregunta ésta vez Christopher
—No hables en verso, pareces idiota; y no, no tengo una cita, solo necesito ir a buscar algo
—Algo como... ¿Kathie? 
—Sí, debo ir a buscarla, es... —Intento evadirlos. —Es mi amiga, me necesita.
—¿Y qué te hace creer que tienes más derecho que nosotros de buscarla? —Pregunta el moreno.
 —A ver, ¿Tiene alguno de ustedes una noción de donde puede estar? —Señalo acusador, se miran entre ellos y bajan la mirada avergonzados. —Eso creí, ahora vayan a buscar sus cosas,  nos vemos en veinte minutos en la puerta.
—Lo haremos por ella, no por ti. —Se gira Christopher.
—Eso debiste pensar cuando viste que estaba "rara" hoy, se enteró desde ayer, ¿Lo sabían?
—No tienes ningún derecho a hablarnos de esa manera, no somos iguales. —Replica Mar.
—No peleen, la prioridad en este momento es Kathie. —Intenta calmarnos Nando.
—Iré a buscarla, vayan por su cosas
Camino hacia el lugar donde supongo debería estar.

"Se trataba de un pequeño depósito donde guardaban las computadoras viejas y cosas así, no era muy grande, pero estaba lo suficientemente apartado para poder llorar o hacer otras cosas"

—¿Kathleen? —Pregunté al escuchar sollozos.

—¿Charly? —No pude ni respirar ya que me sorprendió rodeando mi cuerpo con sus brazos.

—Ya estoy aquí. —Fue lo único que pude decir, la abracé y apoyé mi cabeza en la suya.
Duramos un largo tiempo en esa posición hasta que se apartó de mí y dijo: —¿Qué haces aquí?¿Cómo me encontraste?
—Tú misma me hablaste de aquí, hace unos meses. —Respondí algo triste.
—Ya lo recuerdo... —Se quedó pensando un rato y agregó: —pero, ¿Por qué tú?
—Porque somos amigos, ¿No? —Dije no muy seguro de mis palabras; claro está que desde ese momento yo ya no quería ser solo amigos.
—No entiendo porque haces esto. —Niega e intenta alejarse, pero la tomo del brazo.
—Lo hago porque te aprecio y no voy a permitir que alguien como él te trate de esa manera.
—Pero... ¿Hoy no te vas a burlar de mi cabello o ropa? —De nuevo intenta alejarse.
—Ya no, no más; ahora, te llevaré a un lugar mágico. —Sonrío para que recuerde.
—Tu casa es la de más magia en todo el mundo. —Sorbe por la nariz, se acomoda el cabello y entrelaza su mano con la mía.
Al salir de ahí, algunos nos miraban mal, otros susurraban y los demás solo ignoraban.
—Sabía que el papito de Tom algún día se daría cuenta de la loca con la que estaba.
—Hola Cinthia, me gusta tu vestido, pero mira, tiene algo aquí. —Soltó mi mano y como pudo rasgó el vestido de Cinthia dejándola casi en bra, ésta se tapó como pudo, le sacó el dedo medio a Kathe y salió corriendo.
—Dame la mano, no te vuelvo a soltar. —Dije entre enfadado y con burla.
—Su voz no la soporto, ¿Algo dijo? —Rió de una forma diferente.
Aquí podríamos diferenciar entre Kathleen y Kath, dos personalidades muy diferentes, mientras una era una niña buena, la otra se comportaba como una perra loca, claro está que Kath siempre "aparecía" después de un episodio de suma tristeza o depresión.
—Estás cansada, vámonos ya.
Llegamos a la puerta principal donde estaban Mar, Chris y Nando esperándonos con las cosas de Kathleen.
—Hola preciosa. —Le saluda Nando, se aproxima y acuna en sus manos la cara de ella, yo me encargué de tomar sus cosas.
—¿A dónde la llevarás? —Cuestiona Chris.
—A mi casa, mi madre estará muy pendiente de ella, la quiere como su hija.
—Perfecto, pero la quiero aquí mañana, hoy iremos a su casa por su maleta de emergencias, ¿Cuánto supones que estará ahí contigo?
—Conociendola, se quedaría toda la vida, pero no lo sé.
—Yo te la llevaré, ahora vayan.
—¿Nos vamos? —Pregunto a Kathy una vez se separa de Nando.
—Hasta mañana, amigos. —Se despidió y caminamos hacia mi moto.
—Ponte esto, no quiero que te pase algo. —Le di el casco, subimos y ella rápidamente me abrazó por la cintura.
Fue la sensación más bonita que aún mantengo en mi memoria, no existen palabras para describir todo lo hermoso que imaginé en esos 25 minutos del trayecto de la escuela a mi casa; tal vez sí tenía razón, mi casa era mágica.

Hola personas que leen ésta historia, no sé cuántos sean en realidad, pero gracias por leer.

Un gusto, mi nombre es Jesse y espero me acompañen en este nuevo proyecto que inicia, que claro, no será el único.









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⏰ Última actualización: May 02, 2020 ⏰

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