Dannielle escapó de una de las redes de tráfico infantil más grande de Francia, fue recluida en un psiquiátrico durante cuatro años y dada de alta por mejoría. Ella, en un intento por retomar su vida, ingresa a la facultad de Medicina de Hamlëin cre...
–¿Quién le enseñó todo esto, doctor? La respuesta fue instantánea: —El sufrimiento.
ALBERT CAMUS, La peste.
Laura: Siento que, de no haberme conocido, tu vida hubiese sido mejor, sin embargo me dijiste que de volver a vivir me buscarías otra vez.
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Una canción envuelve la oscura habitación. Apenas un par de pequeñas luces parpadean de distintas maquinas: rojo, verde, amarillo, hasta parece que siguen el compás de la melodía.
Un pequeño cuarto simulando ser un quirófano, le faltan algunas cosas, pero pueden ocurrir cirugías menores sin problema, bueno, también mayores, qué más dá.
Inhalo con profundidad y exhalo con lentitud, saboreándome el aire revuelto con antiséptico, limpia pisos, miedo y traición. Y esos dos últimos ingredientes son los que más se acentúan en mi lengua.
«Quand il me prend dans se bras Il me parle tout BasJe vois la vie en rose » ♫
Canto la canción en voz baja, apenas perceptible para mis oídos. Me acomodo el cabello hacia atrás y muevo mi cuello de izquierda a derecha para tronarlo y destensarme.
Miro los monitores cardiacos:
Tic... tic... tic...
Hay uno haciendo mucho ruido, pero presiono un botón para que deje de sonar, total, ese no es tan importante. El que realmente me interese es este, el de mi principal paciente. Observo sus signos vitales, frecuencia cardiaca, respiración, oxigenación, temperatura. Estable, sana, muy sana. Qué dicha gozar de salud en estos tiempos. Acerco mi rostro para observarla, huele a perfume, notas de cereza oscura, ácido y dulce. Una gota escurridiza quiere asomar por uno de mis ojos, pero sacudo mi cabeza y me contengo. Trago saliva y muevo mis hombros hacia atrás. Se escucha el ruido de mis ligamentos.
