Ambientada en la época medieval. Un par de hermanos: Rosh y Yesh, encontraron ciertos indicios que los llevó a pensar que su madre guardaba un oscuro secreto. Ante la incertidumbre, deciden que deben llegar al fondo de todo eso, aunque las consecuen...
Y allí estaba Yeshka, una bella dama de unos cuarenta y tantos, a unos cuantos metros del precipicio. Tenía los ojos cerrados, permitiéndose poder centrarse más en su sentido de la audición. Podía oír como poco a poco el barullo se intensificaba y se iban acercando poco a poco. Cuando la muchedumbre ya se hallaba lo suficientemente cerca de ella, Yeshka dio un respiro profundo, tragó saliva y se dejó caer al vacío...
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3 días antes...
Rosh y Yesh, ambos hijos de Yeshka, retornaban a casa luego de una larga jornada de pastear a las ovejas. Sabían que no habría nadie en casa, ya que su madre era encargada de cuidar de un niño y vendría un par de horas después. Entraron, y como era costumbre, iban a la parte trasera del hogar, donde tenían frondosos árboles frutales, pero esta vez, Yesh, se desvió al notar algo que llamó su atención con el rabillo del ojo: su madre había dejado la puerta abierta.
Inundado de curiosidad, decide echar un ojo dentro, ya que nunca habían entrado a su habitación, es más, era como una regla tácita que ellos habían inferido, como siempre la dejaba cerrada.
Metió la cabeza dentro, sin siquiera tocar la puerta, por temor a que su madre se percate que alguien estuvo merodeando en su habitación. Estuvo unos segundos contemplando la habitación, lo bien arreglada que estaba su cama, lo ordenado al milímetro que estaba todo. Yeshh sabía que su madre era responsable y muy aseada, pero la habitación irradiaba pureza y tranquilidad, tanto que le causó un buen susto cuando Rosh se le apareció por detrás gritando en un intento por asustarlo, este cayó al suelo, y allí tirado en el suelo, pude ver algo que hizo que se arrepintiese haber entrado al cuarto de su madre....
