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En la tercera vez, un chico del grupo de estudio la besa en el baño de un apartamento alquilado, donde celebran el cumpleaños de Yuqi.
Shuhua no es muy consciente de lo que está sucediendo, porque el vodka con jugo de naranja le está perforando la cabeza y un gabinete con un asa de púas le está perforando la espalda.
Él presiona las caderas de Shuhua contra el lavabo y le mete la lengua en la boca. Y es repugnante.
Por la mañana, resulta que era Lucas, y que ya no está saliendo con Yuqi, porque se acostó con su compañera de grupo esa misma noche.
Shuhua observa cómo Yuqi organiza una maratón de películas, una película, Titanic para ser exactas, y no se reprocha a sí misma por exhalar con alivio: Lucas no engañó a Yuqi con ella. Sería estúpido perder a Yuqi por un chico que ni siquiera le gusta.
A los dieciocho años quiere que la cuiden y, quizás, alguien con quien reunirse después de clases con un vaso de capuchino con leche de coco.
Pero estaba el hecho de que a ella le encanta el capuchino y lo del coco solo lo conoce Yuqi, y Yuqi no tiene dinero para nada excepto ramen de las tiendas de conveniencia.
Por lo tanto, Shuhua se compra sola un café y espera a que llegue el autobús correcto para finalmente irse a casa.
Llueve mucho en Seúl y la enferma.
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