"Me da tristeza no sentir lo mismo".

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[Narra King.]

Ha pasado algún tiempo desde la muerte de nuestro capitán, Meliodas. Desde entonces me encuentro en el Bosque Hada, junto a Diana, mi actual pareja.

Durante ese tiempo pasé momentos muy felices con mi amada, pero algo me dejaba intranquilo.

Recordaba tu rostro, tu desordenado y picudo cabello, tu personalidad, te recordaba a ti, Ban. Cada vez que te recordaba sentía muchas cosas al mismo tiempo, sentía alegría, ternura y un extraño endurecimiento en mi entrepierna a la vez.

Pasaron días y noches, y poco a poco te convertiste en lo único que pienso, intentaba calmar mis pensares y ser feliz con Diana, pero parte de mi no podía hacerlo.

Es algo ilógico, ya que tú estás con mi hermana, pero no todo en la vida es lógico, ¿no?

No pasó mucho tiempo cuando recibimos la noticia, el capitán está vivo. Nunca había visto a Diana tan feliz, ni siquiera en los momentos que vivimos juntos.

– ¡King! ¡King! ¡King!- gritó Diana apresuradamente, rebosando energía y felicidad.
–¡Vamos, King! ¡Apresurate!- seguía exclamando Diana, esta vez con algo de enojo.

–Ya se habrá ido, Diana.- dijo Matrona, poniendo su mano en el hombro de Diana.
– Bueno, te dejo para que te concentres en que King salga del bosque.- dijo mientras se alejaba, al ver que por la rabia Diana la ignoró.

– ¿¡King?! ¡Qué ni se te ocurra irte sin mí! ¡Si lo haces soy capaz de matarte y lo sabes!-  irritó Diana, con un tono de voz más fuerte.

– ¡Relajate, Diana..! Apenas han pasado dos horas desde que nos han informado.- contesté intentando calmar a Diana.

– ¿¡Apenas?! ¿¡Estás hablando en serio?! ¡Meliodas está vivo! ¿Acaso eso no te emociona?- exclamó Diana un poco menos enojada.

– Si, me emociona y mucho, pero tampoco es para exagerar, ¿sabes?- respondí mientras volaba para estar cara a cara ante Diana.

– Bueno... Pero no perdamos más tiempo y vámonos.- habló Diana, ya más calmada.

Llamé a Oslo y mediante él llegamos al Sombrero del Jabalí. Entramos y poco después vimos al capitán.

– Capitán..!- murmuré mientras algunas lágrimas salían de mis ojos.

– ¿Qué pasa, rey hada?- me dijo Ban en mi oído.

Mi cara se ruborizó casi al instante, sentí muchas cosas que me resultan imposibles de describir.

– Nada... M-me alegro por el capitán.- comenté intentando no tartamudear.

Ban soltó una pequeña risa mientras me miraba, no sabía que insinuaba, aquella acción me dio una pequeña esperanza de que mis sentimientos fueran correspondidos.

– ¡Esto es motivo de celebración!- exclamó Meliodas.- ¡El que no beba no es parte de los 7 Pecados Capitales!

Pasaron unas horas cuando la mayoría estaban lo suficientemente borrachos como para hablar sin razón. Algo que se me hizo raro fue que vi a Ban medianamente sobrio. Diana estaba dormida, puse mi almohada debajo de su cabeza para que pudiera descansar mejor.

Estaba somnoliento, pero se me quitó el sueño cuando Ban se acercó a mí, me agarró y me llevó a un bosque, algo lejos de aquella taberna.

No supe como reaccionar, mi rostro se encontraba completamente sonrojado.

Ban me soltó, dejándome caer al suelo.

– ¿Ban? ¿Qué hac-

Fui interrumpido por un beso con un ligero sabor a cerveza. El se separó rápidamente, no lo pensé dos veces, sujeté su nuca y lo arrastré de nuevo a mis labios. Entre besos llenos de lujuria cerré mis ojos y recordé a Diana, no me importó. Sentí sus colmillos clavándose en mi labio inferior sintiendo un ligero sabor a sangre. Fue en ese entonces en el que recordé a Elaine.

Con la poca fuerza que me quedaba empuje a Ban, separándolo de mis labios.

– ¿Qué pasó, Rey Hada?- cuestionó Ban con un tono algo burlón y seductor.

– Ban... Tú estás con Elaine, yo con Diana... ¿Por qué haces esto..?- sollozé mirándolo a los ojos.

– King, durante el tiempo en el que no nos vimos me di cuenta de la persona de la que estaba realmente enamorado, yo siempre he pensado que estaba enamorado de Elaine pero no es así. Estoy enamorado de ti.- confesó, desviando por un momento la mirada.

No pude decir nada, me sentí alegre por un momento, pero recordé a Diana, no sabría como acabar mi relación con ella.

– También estoy enamorado de ti, Ban...- dije con una pequeña sonrisa.
– Pero, no sé como decirle a Diana sobre esto... No sé como terminar mi relación...- dije desviando la mirada.

Ban agarró suavemente mi mejilla e hizo que mi mirada volviera al frente.

– Yo tampoco sabría como decirle a Elaine, ¿sabes?- comentó mientras acariciaba mi mejilla.
– Pero... No es necesario, ¿o si?- dijo poniendo su característica mirada.

– ¿A qué te refieres?- hablé con un tono de voz más serio.

– Sólo piensalo, ¿Qué necesidad hay de acabar nuestras relaciones? Sé que no suena bien, pero, tú no quieres terminar con Diana, ¿No es cierto?

Le respondí con un beso en sus labios.

– Acepto tu oferta, Ban.- dije con una sonrisa.
–Todavía no puedo creer que este haciendo esto, pero, si nadie lo sabe nadie me juzgará...!

Él soltó una pequeña risa, me dio un último beso y se fue hacia la taberna.

Decidí quedarme un rato en el bosque, reflexionando por lo sucedido, sin darme cuenta ya había amanecido y Diana me estaba buscando, se notaba que tenía una horrible resaca. No cabe duda de que ella me ama, me da tristeza no sentir lo mismo.

Amando y Ocultando. [Ban x King]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora