Murtagh Shade
Alias: Ahogado (por Sigrid)
Edad: 13
19 (Después del salto)
Orientación sexual: Demisexual
Familiares: Sortel (Melkart)
(Padre)
Dragón: Aún ningunoNombre.
Murtagh Shade .Edad.
18 años.Orientación Sexual.
Heterosexual.Apariencia.
Murtagh es un chico de cabello oscuro, largo y despeinado.Sus ojos son grises.
Palido y fuerte para su edad.
Tiene cicatrices en el costado derecho, aparte de otras de varias batallas.Personalidad.
Murtagh es alguien muy reservado e introvertido,pero pese a todo,es amable y respetuoso. Leal a morir.
También es un tanto frió y muy calculador, toma la opción mas optima aunque no la mas razonable.
Viene de una familia noble,pero su padre es un traidor a los jinetes. De ahí el odio a su padre y cariño a los dragones.
Al ser introvertido,no tiene muchos amigos y también es el chico rechazado.Gustos.
-Los dragones.
-Practicar con espadas o arcos.Disgustos.
-Injusticia y desigualdad.
-La gente que se aprovecha de su poder.
-La gente que asesine dragones.
-Que se aprovechen de el o lo subestimen.
-Su padreExtra
-Esta enamorado de una chica de su aldea llamada Katrina.
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Al ver al chico inconsciente y a la chica con la garganta cortada, sintio una punzada de remordimiento. Cuando su padre se fue con Samael a rastras, Murtagh no perdió el tiempo. Detuvo la perdida de sangre de ambos chicos. Se esforzó al curarlos. Primero a la chica.
Los jalo a ambos hasta una celda y siguió curandolos. Pero aún con sus mayores esfuerzos, Tobby murió en sus manos. No tuvo suficiente tiempo. Pero con Melissa... Tuvo... Suerte. Es lo único que podría decir.
Se quedó a su lado varios días. Hasta que ella despertó y pudo volver a hablar. El la cuido. Le llevaba comida y agua. Y así fueron varios días.
Tristemente no podría quedarse ahí siempre o su padre empezaría a sospechar... Con lo paranoico que era, cualquier cosa le parecía un peligro.
Así que alternaba sus cuidados. Entrenaba y aprendía. Cuidaba a los dragones capturados y curaba a quienes podía.
Los días se volvieron semanas.
Las semanas meses.
Los meses años.
Supo que Samael ahora era un traidor. Que estaba aliado con los jinetes y la Resistencia hacia Melkart. Que había asesinado a su hermano para salvar a otros. Y el lo volvió a curar. Melissa lo ayudo. Pero no hubo tiempo para hablar, ya que Sortel, Venom, Melkart, como quieras llamarlo... Se lo llevó. Lo convirtió en su mejor Berserker. Ahora estaban los 4 Jinetes del Apocalipsis de Melkart. Innumerables peleas sucedieron. Tanta sangre, tantas muertes... Melissa una vez trato de hacerlo reaccionar, pero lo único que obtuvo fueron palabras y nombres cortados. Nada claro para ella. Pero si para Murtagh. Entendió que la droga tenía debilidades. Que veía a quienes quería en peligro y por eso peleaba. Pero Murtagh no podía arriesgarse. La última vez que lo hizo, una enorme cicatriz había quedado grabada en su costado. Ese era el resultado de un padre loco. Hablaba con Melissa de ello. Planeaban como escapar. Cómo volver a hacer que Samael y los demás se volvieran contra el mismo Melkart. Y una noche, surgió una idea.
-Tendre que huir.
-¿Y a dónde piensas ir?- Le pregunto Melissa- ¿Piensas ir acaso con los Jinetes?
-Si no hay de otra... Si, iré con ellos.
-Esta bien... Pero espera un poco. Algo sucedió...
-Se lo que pasó- La interrumpió.- Samael, Galand y Ágata no volvieron de su misión. Pronto se hará una búsqueda para encontrarlos... Aprovecharé ese momento.
Y así pasaron los años. Hasta que... Llego un dragón nuevo. Con una silla característica de su jinete. Un Robahuesos con la firma de Samael. Murtagh supo que no habían podido capturarlo a el. Pero que ya tenían pistas para recuperar a los Berserker's y lo más importante... Conseguir a la niña Dragon.
Ese fue el día que salto. Peleo con soldados de su padre. Lo hirieron pero el logro escapar... Y llegó a una isla que no había visto en ningún mapa.
Ahí supo que había logrado su cometido... Pero que la verdadera pelea aún no empezaba...
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Lost Memories
AcakAquellos viejos encuentros Esas misiones olvidadas Deben ser contadas Los héroes siempre son recordados Pero recuerden... Que las leyendas nunca mueren