Como Sonia y Selena, una rubia y la otra morena

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Estaba sentada, en segunda fila, el profesor estaba haciendo resumen de la clase anterior antes de empezar el temario nuevo, ¿cuál es? Mierda! Me he distraído, ya lo ha empezado, suerte que mi amiga es una alma caritativa, luego al final de clase ya le pediré los apuntes.

Va, voy a intentar prestar atención al máximo que sino después en los exámenes voy de culo, pero que digo si iré de culo igual si siempre me pasa lo mismo no estudio hasta una semana antes y claro estudiar 5 exámenes semestrales en una semana es imposible a lo que al final acaba siendo 5 horas para entubarme el temario de 3 meses, genial, vaya hilo de pensamientos más motivador para mi futuro académico, y no solo académico también laboral que esto ya no es la secundaria, ¡ahh! cuanto la odiaba en ese momento y cuanto la echo de menos ahora. Y la gente que os diga la universidad es lo mejor, una mierda, a ver no está mal, pero voy hasta el culo de trabajos, ¿cada profe se cree que su asignatura es la única que existe?

En fin muchos trabajos y exámenes al final de semestre, podría ser peor, podría estar estudiando alguna ingeniería, eso sí que es vender tu vida al diablo. ¡Ves! Otra vez me he distraído con mis pensamientos, mi lista de favores que le debo a mi amiga va subiendo, bueno mejor para ella, más cafés  a los que invitarle. A todo esto ya no sé de qué va el tema nuevo y va por la diapositiva... ¡¿20?! ¡Joder! Pues nada dejo mi intento de entender la clase por acabado.

Lo malo es que estoy en segunda fila, a quien se le ocurre, ah si a mí y mis nulos intentos de convertirme en una buena estudiante, lo que daría ahora por tener el portátil y meterme a jugar a lo que sea... a los sims, que gustazo estarme una hora haciendo un solo personaje, mira así ya ocuparía casi toda la clase. En fin, pues tendré que pensar en otra cosa, dibujar.... un poco semao, que tengo al profe delante, pues a escribir, lo que sea.

Me aburro, me aburro, me aburro, si sigo escribiendo esto me va a dar algo, venga voy a hacer una pequeña parabólica. Para los que no lo sepáis, parabólica, consiste en hacer un barrido con la cabeza como los aspersores y así veo el panorama de la clase; uno medio sobado, otras charlando de una manera muy poco disimulada, que rabia me da la peña que se hace su mini tertulia en clase, ya pago bastante por crédito como para que tengáis que amargarme la clase, aunque ahora me distrae intentar saber que están diciendo, mierda me han mirado, sigo con la parabólica. Esos del fondo fijo que están jugando con el ordenador, cabrones..., ostia es ella, y me mira. Le mantengo la mirada, me sonríe, una sonrisa que ya me la conozco, que conlleva fechorías, pero que a las dos nos gustan. Le devuelvo esa sonrisa, creo que el plan que tenían mis amigas de ir después a la biblioteca lo tendré que posponer. Miro hacia delante para que el profe no me llame la atención, y al cabo de unos segundos vuelvo a mirar para atrás, ella está hablando con sus amigas, creo que nota mi mirada, antes de que le de tiempo a ver que la estoy mirando vuelvo a mirar al frente.

Brrrr, un mensaje, mi madre, que hoy saldrá más tarde de trabajar, oh otro, de ella, dice solamente, nos encontramos en el sitio de siempre, y esta vez la sonrisa de malicia se me instala por lo que queda de clase, intento hacer un esfuerzo para volver a centrarme en la clase pero si antes me era difícil concentrarme ahora mismo me es imposible. Tomo apuntes que no se ni que significan y espero que el minutero del reloj corra.

Correr es lo que casi hago yo una vez el profe avisa que se ha acabado la clase, les doy una excusa muy pobre a mis amigas de porque no las puedo acompañar a la biblioteca, total volvemos a tener clase en 30 minutos. Salgo escopeteada de clase, lo que me da un poco de vergüenza, si la otra me ve vera mi desesperación. Es que ni me he parado a ver si estaba en la clase antes de irme, si habíamos quedado en un punto concreto, seguro que se estaba despidiendo de sus amigas. Subo los peldaños de las escaleras de dos en dos, hasta llegar al cuarto piso.

El lugar acordado era los baños del cuarto piso, concretamente el que es solo para chicas, a ver que el más utilizado para lo que vamos a hacer es el baño mixto, pero vamos a ver siendo dos chicas aprovechamos y vamos al otro que así nos aseguramos no encontrarnos con ninguna melodía ajena que nos corte el momento.

En fin llego al baño y antes me miro al espejo, no me gusta esto que hace la gente de retocarse frente al espejo pero es simplemente para ver si no tengo los pulmones en la boca del sprint. A lo que oigo un ruido de uno de los baños, ¡mierda! Que hay alguien y nuestro plan se ira a la mierda, ¿quién se viene a mear al cuarto piso? Exacto, nadie, y tal y como es esta universidad no creo que sean dos chicas montándoselo... Se abre y es ella, la capulla no sé cómo se lo ha hecho pero ha llegado antes, me mira y se está riendo

-Capulla, ¿tu como lo haces? ¿Te teletransportas?

Ni se digna a contestarme, me coge de la mochila que la llevaba colgando de un solo hombro y me mete en el lavabo, cierra con pestillo y vuelve a mirarme. Aun me sujetaba del tirante de la mochila, lo deja ir y sin darme cuenta mi mochila cae a plomo al suelo. Perfecto mi mochila ahora está en contacto con el suelo asqueroso del baño, la de gérmenes y suciedad que estará celebrando el nuevo mundo a conquistar, miro al suelo mientras me estoy imaginando tal imagen, y empiezo a construir una tanda de improperios que soltarle pero al subir de nuevo la vista ahí está mirándome fijamente. La discusión es en silencio, yo entrecierro los ojos mostrándole mi molestia y disgusto con el trato hacia mi mochila, ella en cambio creo que me está queriendo decir que el tiempo pasa y que si quisiera hablar de química hubiera escogido otra carrera. Al ver que no descifro su mensaje cambia de estrategia, suelta su mochila y estampa su boca contra la mía.

Se dio con tal impulso que me golpeé con el dispensador de papel de váter en la espalda. Hice un intento de ruido lastimero de dolor, pero su boca me lo impidió, supongo que me quería decir de esta forma que hay poco tiempo y que mi espalda ya se quejara luego. Así que reaccione, coloque mis manos en su cintura, llevaba un pantalón negro de esos estilo militar que al final tienen goma elástica, no sé cómo demonios se llaman este tipo de pantalones, pero lo único que sé es que le quedan increíbles, le marcaban cadera que para exhibirla mas llevaba una camiseta un poco corta de cintura, así que se veía un poco de piel, allí metí mis manos, su piel estaba caliente y mis manos un poco frías, dio un respingo, punto para mí.

La acerqué más a mí e incline mi cabeza hacia atrás pues aquí la señora me saca media cabeza y la diferencia de altura se acentúa con las mega botas esas del doctor que lleva. Si ya es alta con eso...

Vaya que nos liamos a tope, lengua contra lengua, luchando por tomar el control de la boca ajena, pero en competo silencio o al menos el máximo que podemos mantener. A parte de la boca y las lenguas combativas nos movíamos poco, al fina habíamos quedado apoyadas en una esquina del cubículo, para suerte de mi espalda la más alejada posible del dispensador de papel; y allí nos habíamos quedado ella con las manos en mi nuca, paseando su pulgar debajo de mis orejas y yo había decidido dejar mis manos en su cintura, en contacto directo con su piel, se movían de delante a atrás, notando el surco de la columna y paseando mis dedos por ella. Toda esta tranquilidad era tan distinta a lo que pasaba entre nuestras bocas... creo que era tan extenuante es batalla que por eso el resto del cuerpo estaba quieto.

El tiempo avanzaba rápidamente, el condenado, y lo que también iba muy rápido y en aumento eran mis ganas de más, joder, que ganas de bajar mis manos y alcanzar lo que viene siendo el culo. Por lo que veo o más bien noto, ella también le está pasando lo mismo ya que ha dejado de dar pequeñas caricias con sus pulgares en mi mejilla y ha enredado sus dedos en el nacimiento del pelo de la nuca, agarrándolo y tirando de él hacia abajo. Esto lo que consigue es romper el beso, nos quedamos muy cerca la una de la otra mirándonos fijamente un instante. Íbamos a volver a unir nuestras bocas y puede que el tema hubiera llegado más lejos pero oímos como suena la puerta del baño y que alguien entra, ¿¡de verdad que alguien usa el puto baño del 4t!?

Con eso se rompe el momento, y ella aprovecha para mirar la hora en el móvil.

-Es casi la hora de clase-

Vaya pues la diversión se ha acabado, ella coge su mochila quita el pestillo y abre un poco, ve que quien fuera que había entrado se ha metido en uno de los cubículos. Antes de salir me mira y me enseña una fugaz sonrisa a la vez que susurra un adiós antes de marcharse. Recojo mis cosas y para clase que voy, ¿y yo ahora como concentro en clase?

De repente salgo de mi trance, estoy en clase, la maldita clase infinita, ha sido todo una puñetera ensoñación, una fantasía. Yo tengo pareja, y para colmo, no es ella.

Bendita cabeza ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora