Escribo este one-shot a petición de una amiga que me motivó a seguir escribiendo más historietas de estas, a ver si les gusta.
Me encuentro en clase como de costumbre, oigan, ¿no podrían ser más cómodas las sillas? Les voy a relatar el panorama, son sillas de plástico gris ultra rígido, es que me va a cambiar el orden de las vértebras y todo, pero para más inri son de esas sillas con la mesita esa que sale del reposabrazos, sabéis a lo que me refiero, ¿verdad? Esa pseudo-superficie a la que vergonzosamente llaman mesa pero que de poco sirve, si utilizas ordenados aun sirve de soporte, pero como seas de la vieja escuela y utilices papel y bolígrafo mejor tráete alguna cosa para poner debajo o vas a escribir jeroglíficos.
Después de esta crítica profunda hacia el mobiliario universitario, prosigo, en esas me encontraba, acababa de llegar al aula y aunque faltasen pocos minutos para iniciar la clase me hallaba completamente sola. Primero pensé que me había equivocado, que era bastante posible, pero después de revisar, más veces de las que quiero nombrar, el horario comprendí que no me había equivocado.
Poco después me relaje al ver como perezosamente iba llegando el resto de alumnos y entre ellos también el profesor, quien diría que el dicho de enseñar con el ejemplo era tan literal.
Podría mentiros y deciros que la clase fue un "pasote" que me mantuve todo el rato atenta y captando conocimientos, pero no fue así, al menos no la primera parte. Fue densa y mayormente teoría explicada con poca gracia, fue como si el profe te abofeteara con el libro gritándote ¡aprende coño!, muy teatral la representación, ¿no? Creo que me he pasado de dramática, pero habéis entendido el punto.
La segunda parte estuvo mejor, más entretenida, descubrí que ella había venido a clase, embustera, sabía que estaba allí desde el momento que ingresó en el aula, pero había querido mostrarme serena. Vale puede que os hayáis perdido queridos lectores, me refiero a la chica que me gusta, a ver gustar, gustar,...que me atrae, pero mucho, me pone, y esto ella lo sabe.
Cruzamos miradas y con ello nos lo dijimos todo, me pase la mano por el pelo desde la frente hacia atrás en un intento de parecer seductora pero cuando ya estaba a punto de quitar la mano esta se me enredo con un nudo, hice una mueca por el dolor y ella vio toda la escena. Me avergoncé por el desastre que soy, ella pasó de tener una mirada fija y penetrante en mí a observar que de sus labios se aventuraba una sonrisa traviesa por la situación, bajé la vista por vergüenza del cuadro que soy e intenté volver a poner atención en la clase, mientras pensaba que al llegar a casa me cortaría la melena larga que llevaba.
Durante la segunda parte la iba mirando, ella estaba en diagonal delante de mí, y no se podía girar, pero observaba como de reojo a veces me echaba miraditas, joder. Pese a mi inepta capacidad de concentración, que en esta ocasión tenía nombre y apellidos, la clase mejoró, fue más dinámico. Tuvimos que hacer trabajos en grupos pequeños, pensareis le dijo de hacer el trabajo juntas, pues vais muy equivocados. Ella tenía su grupo y yo el mío, cada una por su lado. La profesora nos dijo que nos distribuyéramos por distintas aulas del edificio que previamente había reservado para la tarea.
Me fui con mis amigas al aula que nos habían asignado y al llegar nos instalamos, dejamos todos los trastos; mochilas, carpetas, abrigos, etcétera, de verdad si estáis planteándoos pagar un gimnasio no lo hagáis, la universidad ya te hace sudar. Aunque me acuerdo que la escuela era peor, no se vosotros, pero yo era de esas que se llevaba todos los libros cada día a casa y los volvía a llevar al día siguiente. No me fiaba un pelo de dejar nada en la clase, al final necesite una mochila de esas con carrito porque me empezó a doler la espalda, por bruta.
Volvemos a la actualidad y dejamos los viejos tiempos de la educación obligatoria, como es habitual nos pusimos un rato a charlar, pero mis amigas son aplicadas así que a la que empezamos con el trabajo en sí lo finiquitamos rápido, o eso pensé yo. Porque a la que miré la hora ya habíamos excedido el plazo que nos había dado la profesora. Volvimos a la clase, pero ya habían empezado de nuevo y la puerta estaba cerrada, mierda. Como todas nos volvimos vergonzosas preferimos no entrar y esperar a que acabasen para hacerle ver a la maestra que no habíamos huido del centro.
ESTÁS LEYENDO
Bendita cabeza ONE-SHOTS
RomanceUna idea que pasó por mi cabeza y decidí escribirla. Me estreno en la escritura aquí, así que cualquier crítica/comentario me irá muy bien para mejorar. Ah y antes de empezar me disculpo por si se me ha colado alguna falta de ortografía, ya procuro...