Capítulo 1

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En las montañas fronterizas de Biran, en una cueva en medio de la nada, un círculo mágico hace aparición. De esta, una figura humanoide hace aparición con una capucha puesta. Este ser empezó a mirar desesperado por doquier para asegurarse de su seguridad. Tras corroborar su insaciable búsqueda de seres consientes quita la mano de su espada. Ya más tranquilo, a paso lento, se dirige a la salida mirando cuidadosamente el paisaje. Su atención en captada por una aldea no muy lejos de su posición. Buscando respuestas el joven encapuchado desciende de las montañas como si de un alpinista se tratara.

Ya a puertas de dicha aldea, cuando este pone pie en ella, siente como le apuntan de diversos ángulos. Lentamente salen diversos aldeanos, todos armados con arcos en mano inmovilizándolo mientras el permanece callado y con estoicismo ante su inminente muerte - Si aprecias tu vida, retírate de este pueblo - la voz de un joven se hizo presente. El joven encapuchado intrigado por su opresor dirige su mirada, oscurecida por su capucha, hacia la voz jovial de dicho muchacho. Este tenía un cabello color canela con ojos de mismo color. El joven viajero levantó sus manos en señal de rendición. Sin embargo, el muchacho que le dirigió la palabra no era tonto y le pidió que tirara todas sus armas. Acatando las ordenes, el joven viajero, saco su arco soltándolo junto con su espada, lanza, escudo y hacha. Al ver esto el joven arquero se acercó lentamente - ¿Quién eres y qué quieres? - el joven encapuchado no contesto - ¡Contesta! - el muchacho encapuchado miro fijamente al joven de mirada afilada que se erguía frente a él mientras buscaba las palabras adecuadas - estoy de viaje -no parecía que obtendría ayuda de esta gente. Por la forma en que reaccionaron fácilmente podría decir que no es la primera vez que son asaltados. En la época que el encapuchado fue un caballero no encontró muchos problemas en su mismo reino. Quizá por la fuerte presencia militar que ofrecía antes que su reino fuera destruido por el cataclismo - ¿Qué ocurrió aquí? – dijo mientras dirigía su vista hacia afuera logrando divisar viviendas destruidas -Bandidos... - si todo esto fue causado por bandidos no se quería imaginar lo que sufrieron los más jóvenes - Ya veo, aunque parece que no podré obtener respuestas aquí- lentamente el encapuchado cogió sus pertenencias sin hacer movimientos bruscos. Una vez que todo estaba bien equipado se dirigió a la salida del pueblo.

Una vez a las afueras, noto que era escoltado por el joven de antes. Lentamente salieron del pueblo y hasta estar completamente a solas- hiciste bien ayudando a esta gente – la mirada del castaño se afiló y respondió - Ese cumplido no quita que seas un sospechoso – esto era muy obvio, no se fiaría de él solo por haberse retirado en paz. Sin embargo, quería respuestas y se disponía a persuadirlo de una forma u otra - además la capucha hace que me fie menos de ti - el encapuchado puso los ojos en blanco, ¿en serio esa era otra razón? Aunque no lo puede culpar, ese pueblo debió pasar por muchas penurias - Tengo mis razones por la cual andar con capucha - el joven castaño empezó a dudar más de este viajero - Eso no me dice nada

Los sentidos que el joven logró pulir con entrenamiento siempre estaban alertas. Si algún ente hostil hacia su persona, lo notaría como un pinchazo en su nuca. Si los bandidos que se acercaban a él lo hubiesen notado, quizá no lo hubiesen molestado en anterioridad. Él al percatarse de dos presencias, este volteo imperturbable dejando claro su molestia por la interrupción- Mocoso, entrega todo lo de valor – la mirada del joven encapuchado más que preocupada se diría que era de fastidio - Esperen un momento, estoy discutiendo con el caballero; si lo fuera no estarías aquí- la actuación no era una de las mejores cualidades que poseía este viajero. Sin embargo, no le quedaba de otra. Lo único que pedía era que el joven castaño con quien hablaba entendiera su indirecta – y te digo que no necesitamos más lastres – los rezos a la diosa dieron sus frutos, el castaño logró captar la indirecta y le siguió el acto – ¿Lastre yo? Siquiera puedes utilizar más de un arma- fingía molestia mirando de una manera casi cómica - Un arco es una buena opción para defender – en sus entrenamientos con El campeón Orni descubrió dos cosas acerca de este; uno, lo veía más ofensivo que defensivo; dos, era insoportable cuando hablaba de sí mismo - Pero si se te apegan mucho serás incapacitado – mostrando indignación - Solo si no te posicionas bien – decía mientras formaba un puchero admitiendo que tenía un punto – Realmente buscas una explicación para todo... ¿no es así? – la mirada del joven se afiló de nuevo – Yo siquiera sé enseñar – por lo visto quería ganar más tiempo para algo - Eso no quita que yo también sepa – fue ahí donde vi una sonrisa, parecía que de una actuación quería llevarlo a la realidad – bien, demuéstramelo – Como quieras, con que empezamos – dale a este tipo en la cabeza – esto sería divertido – Con gusto – Al oír esto, a los bandidos presentes en cierto modo se les heló la sangre. Esta la discusión casi cómica pasó a involucrarlos a ellos como un objetivo. Sin pensarlo se prepararon para evadir las flechas – Lo decía de broma idiota – fue ahí cuando el encapuchado sintió una ligera corriente de aire, algo le decía que esto sería más sencillo – ¿Ha? ¿en serio? – No lo tomes tan en serio... - aún no estaba lo suficiente mente cerca – Valla... espera ¿¡idiota!? – recién se había percatado de que realmente lo habían llamado así – ¡Sí! Me refería a ti

The Leyend of Zelda: las cronicas de ensueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora