The End ¥

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Creo haber sabido desde el primer momento en que lo vi que él sería mi final, sin embargo a pesar de todas las advertencias, deliberadamente me aproximé hacia mi propia destruccion.

Parecía ser material explosivo, y aunque inútilmente lo intente, nunca pude permitirme ser su salvación.

Todavía recuerdo cómo me sostenía entre sus brazos;como besaba cada rincón de mi cuerpo, para luego detenerse a sentir mi esencia incluso puedo permitirme reír al respecto. Solía decirme, que sin importar cuánto llegará a perder el control, con solo hundirse en mi cuerpo podría tranquilizarse. Nuestros cuerpos siempre con temperaturas opuestas , el caliente como el infierno y yo tan frío como el cielo.

—Cómo se tornó así? —cuestionó para sí mismo mientras observaba aquel oscuro lugar.

Aquel chico era capaz de buscarlo hasta en las profundidades del infierno y de eso no cabía duda.

—Puedo jurar que estaba uniendo todos mis pedazos rotos —Susurró en voz baja mientras daba vueltas alrededor
—Debí haberme equivocado, porque me derrumbó y ahora soy incapaz de unir las piezas por mi mismo.

—¡Prem!—exclamó tocando la puerta con desesperación.—Abre la puerta, sé que estás ahí.

El pelinegro se encontraba evadiéndolo, en silencio lentamente se dirigió hacia la puerta, escuchando la voz del mayor.

—Boun, debes dejar de volver a este lugar.—dijo cabizbajo, la mirada en su rostro lo decía todo.—¡No puedes seguir volviendo a mi! ¿¡No lo entiendes!?

—Solo abre la puerta ¿Acaso debo romper este inútil pedazo de madera?
—Sabes lo mucho que odio estar del otro lado—Espetó estando al borde del enojo.

Lo último que quería hacer era entablar una discusión con él, así que abrió la puerta sutilmente.

Con un paso el mayor se precipitó a levantarlo entre sus brazos-provocando que el menor colocará sus manos alrededor de su cuello para establecerse.

El pelinegro no pudo evitar mirarlo fijamente;todo aquel tiempo a su lado le había otorgado la habilidad de saber con exactitud lo que pasaba en su cabeza.—¿Que hiciste para estar aquí?

—El mayor lo colocó suavemente en la cama ignorando aquella pregunta, su mirada parecía sólo sumergirse en el pelinegro mientras se acercaba a él suavemente.—Sigues teniendo este olor hipnotizante.—dijo mientras su nariz rozaba el cuello del pelinegro para luego dejar pequeños besos en su clavícula.

Poco a poco fue dejándose llevar de esas acostumbradas caricias

—Sentir aquel tacto provocó que mordiera sus labios, dejando caer su cabeza hacia atras, sin embargo tenía que hacerlo despertar de aquella ilusión
.—Boun, escúchame.—expresó con voz apacible, haciendo que el mayor reaccionará instintivamente.

—No te atrevas a decirlo, Se lo que me dirás.—respondió pasando la mano sobre su cabello.

Era más que clara la incomodidad en la voz del mayor, pero escúchame.—No puedo dejarte ir, no puedo siquiera tocar a otro aparte de ti.—Estar sin ti ya no es una opción.—dijo acercándose para besar su cuello con respiración agitada.

El pelinegro podia sentir todas las emociones contenidas en aquellas palabras, pero mantenerlo a su lado distaba muchos de ser la mejor opción
—¿Ves a lo que me refiero?—dijo cabizbajo mientras se alejaba.

—Toda esta necesidad que tienes de mí, la manera en la que quieres poseerme por completo, esto definitivamente no está bien.-Era imposible esconder sus emociones tras esa triste sonrisa.

Al no soportar la distancia que imponía el mayor continuó siguiéndole el paso.

—¿Estás fuera de tus sentidos,verdad?-Cuestiono.
—Por favor, solo detengámos esto, me has herido y yo a ti, Nos hemos dañado el uno al otro ¿Que no te das cuenta?

.—Ver sus ojos le causaba aún más dolor.

—¿Porque evitas mi mirada?
Estas mintiendo con toda esta charla, ¿Dices que quieres mi bien?—cuestiono nuevamente sin poder creer las palabras del menor.

Era tangible la tensión entre los dos, ya no había espacio al que escapar, ni en la habitación, ni entre ellos dos.—Estas siendo egoísta al obligarme a vivir en un mundo, en el que tu no estás.—Su voz se alzó inadvertidamente, colocando su mano derecha en la pared detrás del chico bloqueandolo por completo.

El menor lo miraba a los ojos entendiendo sus sentimientos
.—Te amo.—dijo silenciosamente con los ojos llenos de lágrimas.—He hecho lo mejor por ti.

El mayor paso una de sus manos por su mejilla para limpiar las lágrimas.

—Actúas como si no lo supieras. Pero lo mejor para mi, eres tú.—poco a poco lo tomo de la cintura, subiéndolo a su altura, uniendo sus bocas en un cálido húmedo y suave beso.—El mayor termino aquel beso para acercarse a su oído y susurrarle.—Todavía recuerdo la primera vez que te ví ; tu sonrisa era como el mismo sol;podía jurar que eras la cura a todo. A todo esto...—dijo poniendo la mano del menor sobre su pecho mientras las lágrimas caían de su rostro.

"Permíteme morir contigo"

𝒩𝑒𝒻𝒶𝓇𝒾𝑜𝓊𝓈 ¥¥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora