Al comprarme, el, Pepito, me echó a una bolsa, con demás cosas, como comida, un palo azul raro y distintos tipos lubricante. Era la hora de ir a su casa.
Al llegar, estuve aterrorizado. Su casa estaba muy sucia, dolía con solo verla. Pero llego el momento, me agarró y me llevó a su baño, sin decir nada.
Desgarró un trozo de mi, sin piedad, empezó a oler fatal. Dolía, y las vistas no eran buenas. El olor era lo peor, y el, solamente jadeaba de placer. Lo disfrutaba, aunque se le veían lagrimas en los ojos.
Siguió desgarrándome, siguió torturándome. Una y otra vez. Después de todo, para eso estoy hecho.
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La historia de un papel higiénico
HorrorEsta es la horrible historia de un papel higiénico, laik para mas.