Ignoro su acento Italiano y me siento en la silla que está frente a él. Creo que es hora de poner a prueba todo lo que me ha enseñado mi padre, si Niccolo quiere negociar, hay que negociar.
-Suelta a mi amigo.-ordeno.
Ríe-Pues, él no la está pasando muy mal.-responde.
La sangre me hierve, necesito terminar esto antes de que Lucifer se aparezca por acá.
-¿Qué quieres? . Tienes demasiado dinero como andar de narco, además, ¿no debes volver a tu país?.-hablo con desagrado.
Se pone de pie-Ay, Magnolia... A ti siempre te gustó negociar, eres igual que tu padre.-cada vez está más cerca de mí-, Te daré el placer de poder hacer negocios conmigo.
Corre mi cabello a un costado y acaricia mi cuello.
>>Hay una sola cosa que deseo hace años.-susurra en mi oído.
Tengo ganas de pegarle un puñetazo en la cara e irme de aquí, pero no puedo. Ya estoy metida en esto.
-¿Qué es?.-pregunto incrédula.
Besa mi hombro-A ti.-responde.
Me levanto lo más rápido que puedo y lo empujo para que se aleje de mí, no puedo contener la rabia que tengo en este momento. Él está ahí parado como todo un sádico disfrutando esto.
Tengo la manija de la puerta en mi mano, estoy apunto de abrirla para largarme de aquí.-Yo que vos, no haría eso. Tienes mucho que perder y por lo que veo se ha sumado un diablito a la fiesta.-dice, mientras mira el monitor de las cámaras de seguridad.
Lucifer está aquí. No puedo tomarme el lujo de ponerme a pensar mi respuesta, si no me decido ahora mismo, esto será una carnicería y no quiero que eso pase.
Tomo aire y hablo-No sólo soltarás a Aarón, quiero que dejes los negocios de Lucifer en paz. -ordeno sin pensar.
-Estas pidiendo demasiado.-ya no tiene una sonrisa en el rostro.
-Valgo mucho más que eso.
Puedo oír el desastre que hay afuera, no puedo permitir que Lucifer llegue aquí antes de cerrar el trato.
Niccolo piensa y yo no puedo aguantar más los nervios.Vuelve hacia mí-Te quiero una noche. Una noche para mí sólo y los dejaré en paz.-pone las cartas sobre la mesa.
La puerta se abre y no tengo tiempo de hablar. Lucifer está hecho una furia, tiene una pistola en cada una de sus manos. Está apuntando a Niccolo pero también hay alguien que lo tiene en la mira, lo están apuntando por detrás.
Los miro y se me viene a la mente la frase que dijo aquel hombre el día que Lucifer y yo nos conocimos: "Tú disparas, yo disparo".-Lucifer, ya está todo arreglado. Por favor baja el arma.-suplico.
No saca la vista de Niccolo-¡¡Te dije que te quedaras en casa!! , ¿Tan difícil es para tí cumplir algo?.-grita.
Niccolo sólo ríe como un puto enfermo, a Lucifer sólo le faltan segundos para que se le dispare el arma. El hombre de atrás está preparado para recibir órdenes. La única que puede parar esto soy yo y lo haré.
Me paro frente a Niccolo, las pistolas ahora están dirigidas a mí. Lucifer me mira con ganas de asesinarme por lo que acabo de hacer, es lo único que puedo hacer para calmarlo.-El chico Grimaldi va a soltar a Aarón y te va a dejar en paz, se volverá a Italia con sus propios negocios, sin joderte a ti.-hablo con lágrimas en los ojos, mientras lo miro a Lucifer.
Me volteo para quedar cara a cara con Niccolo.
Extiendo mi mano y hablo-Tienes mi palabra.
-Pues, un placer hacer negocios contigo.-responde y estrecha mi mano con la suya.
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Mi Infierno Eres Tú✔©
Romance-Entonces, ¿Crees que pertenezco al infierno?-replico. Asiente. -Reconozco a simple vista un alma atraída por lo prohibido, y tú eres una de ellas.-posa su mirada intensa en mí-. No te sientas avergonzada por ello, el infierno es malo sólo bajo la m...