Capítulo 8

1.3K 50 3
                                    

Me he tomado lo que me trajo la Nana de Diego, y estaba delicioso. La verdad me estaba muriendo de hambre, ya llevo una semana aquí y no he visto ninguna forma de escapar.

Ya que solo Mercedes viene y se va, Y Diego no lo he visto desde la última vez que vino a aquí, le agradezco mucho al cielo que no haya venido todavía.

Esta habitación es muy linda y cómoda, pero eso no me importa porque solo quiero salir de aquí antes que ese loco me haga daño. Necesito salir de aquí aunque me cueste la vida.

Narra Diego. ...

— Al salir de casa, me dirigí en uno de mis lujosos carros a la casa de Juan, lo más rápido que podía, ya que tenía que hacer un viaje de negocios.

Al llegar veo a Nicol
a lo que ella se lanza sobre mí y me comienza a besarme y yo le sigo el beso.

— ¡POR DIOS! Hay un cuarto vacío arriba, si quieres suban.

Sí, no nos quieres ver, pues lárgate. Voy subiendo la escalera con Nicol, que al llegar la comienzo a besar lentamente, le quitó la ropa despacio y la besó, la tiró sobre la cama.

Ella me quita la camisa lentamente al quitarle el hermoso vestido negro que tenía y le quitó su ropa interior, le agarró un pezón y lo comienzo a chupar lentamente, lo que hace que ella comience a gemir.

Me encantó oír eso, terminó de quitarle la ropa y la comienzo a penetrar lentamente.

Ella suelta un gemido, lo hago más rápido, lo que hace que ella que se retuerce de placer.

Ella se vino primero y luego yo, no puedo negar que fue un buen polvo y lo disfruté, pero yo solo quiero a una persona. En cuanto vuelva de mi viaje de negocios, la haré completamente mía.

Al terminar, me despido con un beso, abro la puerta y la miro por última vez, y le digo: No, me vuelves a buscar, llamar o lo que sea que se te ocurra. Y si te atreves a desobedecer lo que te digo, soy capaz de matarte. ¿Me escuchaste, Nicol?

—Sí.

— La dejo vistiendo y me voy.

Cuando bajo las escaleras me topo con Juan.

— Sus gritos se oían por toda la casa.

— Que te digo que fue un buen polvo, él asintió, me dirijo a mi casa y me voy a bañar para quitarme todo este sudor, me pongo un pantalón y una poloche negro que se me muestre todo mis cuadros, sí, señores, soy todo un dios griego.

Al mirarme al espejo, noto que las mujeres morirán si me ven, pero ahora mismo solo quiero salir e irme para terminar, este trabajo de una vez por todas para estar con mi pequeña.

Salgo de casa y me monto en mi carro, salgo a toda velocidad.

Narra Esther...

La Nana ha llegado y me dijo que Diego salió de viaje y que no regresará ahora y, según ella, está encargada de mí.

Ella me dijo que si me portará bien, que me enseñaría la casa y solo pensé.

Quizá puedo fingir, portarme bien para buscar una salida e irme lejos de aquí de una vez por toda y ser libre.

Estás bien, mi niña, ¿u ocurre algo?

Está todo bien, Mercedes, y le doy una sonrisa. Sería, al terminar de conversar, Mercedes se fue entonces al irse. Decido pararme de la cama para buscar una salida y me doy cuenta de que la única ventana que tiene.
Este lugar esta tiene rejas.
Comienzo a buscar entres el closet y las gavetas para ver si encuentro algo por el estilo y nada, pero solo quiero irme de aquí solo eso, me fui a tomar un baño para calmarme de una vez salgo del baño y veo a Mercedes sentada con un teléfono en las manos y me dice que Diego quiere hablar conmigo y me dice que lo tome el teléfono o, sino él se enfada tome el teléfono y le respondí.

Llamada en curso...

— Hola, amor, ¿cómo estás? Espero que bien, quiero decirte que estoy loco por tenerte en mi cama.

— No dejaré que me toques ni un pelo idiota.

— Eso ya lo veremos.

Fin de la llamada...

SÓLO MIA Y DE NADIE MÁS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora