El 17 de julio de 1936, el general Mola dirige un alzamiento militar en Marruecos y Melilla que se extenderá a la península al día siguiente. El objetivo del alzamiento era claro: acabar con la II República Española e instaurar un régimen totalitarista de corte fascista.
Contra todo pronóstico, las fuerzas republicanas consiguieron resistir al alzamiento, por lo que solo tuvo éxito en algunas zonas del país. Este hecho desencadenó uno de los acontecimientos más duros de la historia de España: la Guerra Civil, internacionalmente conocida como la Guerra de España.
Y a Alba le pilló en Madrid, lejos de su familia y siendo la directora de uno de los periódicos más influyentes durante la República: El Semanal. Fue ella la que escribió el primer artículo sobre aquella famosa frase de la comunista, Ibárruri la Pasionaria: "no pasarán".
Y fue ella la que quiso cubrir todas las noticias sobre aquel enfrentamiento bélico. Y fue ella la que defendió a aquella mujer que iba a ser violada por dos generales borrachos. Y recibió un empujón que la tiró al suelo, pero su sonrisa lo valía todo. Porque la miraba como si fuese regaladora de vida, y a ella se le encogía el corazón.
Y fue ella la que defendió sus derechos en cualquier lado, sin importar las consecuencias. Y fue ella la que defendía sus ideas con fervor y la que se quiso alistar a las milicias, para luchar por la causa en la que creía. Porque antes iba su libertad, su derecho a expresarse.
Y nunca dejó de escribir artículos ni de expresar lo que pensaba y de presentar al mundo a Las sin sombrero y de ser completamente libre. Sin que nada ni nadie pudiera arrebatarle sus sueños, sus metas, sus ganas de vivir, de luchar.
Y fue ella la que se lo propuso, porque la amaba tanto que también la quería libre:
—Vámonos de aquí, te prometo que seremos más felices—hablaba en susurros y con los ojos iluminados por las llamas.
—No puedo Alba, no lo puedo dejar—ella cada vez se alejaba más y miraba hacia todos los lados por si alguien notaba su presencia. Tenía miedo.
—Él no tiene porqué enterarse—y se acercaba más, y le ponía la mano derecha en la mejilla para poderla besar.
—Si te pillan te van a matar—lo dijo ya casi encima de sus labios, cerrando los ojos, parecía que si ella no veía, nadie la podría ver tampoco.
—Prefiero morirme antes que perder mi libertad, Natalia. Llevo toda mi vida luchando por ser libre—juntó sus labios y la besó como si no existiera más, como si a su alrededor no se estuviera librando una guerra—. Yo quiero quererte libre, Nat. Quiero quererte libre.
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Susurros | ALBALIA.
Historical Fiction-Vámonos de aquí, te prometo que seremos más felices-hablaba en susurros y con los ojos iluminados por las llamas. -No puedo Alba, no lo puedo dejar-ella cada vez se alejaba más y miraba hacia todos los lados por si alguien notaba su presencia, tení...