Dos.

2 1 0
                                    

Con el ceño fruncido pregunto quien es, curiosa.
“Soy Jaime”
Respiro de alivio, cuando voy a contestarle encima de su nombre sale
“Escribiendo”
“Te dije que me habían robado el móvil”
Cierto.
Me riño mentalmente a mi misma por no acordarme de que tengo novio
y de que estaba de viaje con su familia en Madrid.
Me disculpo por no acordarme de que me contó que le habían robado el
móvil en mitad de la Gran Vía.
Estoy un rato hablando con Jaime, me cuenta que mañana ya estará en
Calvia, que se lo ha pasado en grande quitando el incidente con el
móvil.
“Bueno te tengo que dejar, voy hacer la maleta. Te echo de menos”
“Y yo, nos vemos mañana”
Las semanas se me pasan rápido, entre el trabajo, Jaime, salir de fiesta
con las chicas…
Última noche del verano eso quiere decir que la última fiesta.
No recuerdo cuantas copas llevó pero solo se que estoy muy agusto,
aunque todo me da vueltas.
Jaime trabaja y no ha podido venir o más bien no ha querido.
A veces me pregunto porque sigo con él, bueno si lo se. Por nuestras
familias.
Nuestros padres durante la crisis montaron un negocio juntos, ahora son
socios y nosotros desde entonces somos pareja.
A Jaime salir de fiesta no le gusta, mucha veces siento que estoy sola
en vez de tener pareja. Solo le da importancia al trabajo y eso al final
acaba por cansar.
Estamos en un parque, sentados en el bordillo de piedra alrededor de
una palmera.
Gala está sentada con Yeray enfrente mio, Yeray habla con alguien por
teléfono.

Me llega un mensaje de Jaime preguntándome si estoy despierta,
decido ignorarlo, no tengo ganas de hablar con él y aparte no voy en
condiciones.
Yeray cuelga y Gala le pregunta quién era.
-Mi hermano, que viene para aquí- dice mientras guarda el móvil en el
bolsillo de sus vaqueros.
No han pasado ni 20 minutos cuando veo venir a Mateo acompañado de
dos chicos, también con cadenas, sellos y ropa de marca.
Mateo me saluda mientras se sienta a mi lado, yo contesto en símbolo
de educación.
Pero mi atención está puesta en Yeray y los dos chicos.
Se alejan unos metros los 3 juntos, y los veo hablar. Yeray asiente, les
da la mano y veo como en la mano lleva escondido un billete de 50€
que se guarda en el bolsillo.
La situación me llama mucho la atención, uno de los chicos cuando le
ha dado la mano le ha dado el billete.
¿Por qué?
Pero una voz a mi lado me saca de mis pensamientos.
-Soy Mateo, ¿y tú?- me pregunta curioso.
-Soy Daniela, nos conocimos hace unas semanas- .
-¿Ah sí?- pregunta confuso-Siento no acordarme cielo pero seguro iba
super ciego- se ríe ante su comentario.
Me pone la mano en el muslo, y yo trago saliva.
Debería decirle que tengo novio, pero no lo hago.
Me callo.
-Bueno vámonos- dice Yeray en forma de orden.
Vamos camino de nuestras casas, Gala va por delante con Yeray y yo
voy detrás de ellos con Mateo.
Estoy bastante mareada de tanto beber y creo que Mateo se da cuenta
porque me coge de la mano.
Lo miro y me sonríe.
Sin darme cuenta hemos reducido el paso ya que Gala y Yeray están
bastante lejos de nosotros.
Mateo se acerca a mi, quedandonos el uno enfrente del otro.
-¿Estas bien?- me pregunta mientras se lame los labios.

Pero yo no contesto, mis ojos viajan a sus labios, a su lengua mientras
se los moja.
La temperatura corporal me sube.
Y creo que Mateo se ha dado cuenta ya que lo oigo reírse.
-Estoy un poco mareada- me cojo la cabeza, me da vueltas y me
empieza a doler.
-Te acompaño a casa,¿vale?- me pregunta mirándome a los ojos.
Yo asiento en señal de aprobación.
Caminamos durante unos 15 minutos pero giramos en una calle que no
conozco.
-Por aquí no se va a mi casa- le digo confusa.
-Pero a la mía sí- nos miramos a la vez y me sonríe- no pienses mal,
vamos a coger mi coche- me contesta a la pregunta mental que le
estaba haciendo.
Llegamos a un bloque de pisos bastante lujoso.
¿Pero este chico de que trabaja?
Mateo me dice que me espere unos segundos mientras él va al garaje a
por el coche.
A los pocos minutos la puerta del garaje se abre y sale un Bmw serie 8
negro con las lunas tintadas.
-Sube- me ordena.
Subo al coche atropelladamente.
Parece una nave espacial por dentro, tiene más botones y mandos que
un avión.
Mateo me pregunta la dirección de mi casa, y yo se la digo.
Mientras vamos de camino hay un silencio bastante incomodo.
Cuando llegamos al portal de mi casa se lo indico y él para el coche.
-Bueno, gracias por traerme- le digo mientras me acerco para darle dos
besos.
Pero Mateo aparta la cara para que lo bese en los labios.
Cuando me quiero dar cuenta su lengua está en mi boca y yo jaleando.
Nos apartamos y me pregunta:
-¿Quieres ir a otro sitio?-.

Instagram: @writer961601

"Una isla entre el mar y el cielo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora