Tres

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Ese mismo día pero más tarde, estaba en un restaurante comiendo con mi familia, con la de Jaime y con Jaime.

Nuestros padres hablaban cosas de sus negocios. Durante la crisis montaron una sociedad de neumáticos y a día de hoy es una de las empresas más importantes de todo Mallorca y alrededores.

Mi padre no quiere que por ningún motivo se acabe esta sociedad entre ellos y por eso "me obliga" a seguir con Jaime a pesar de todo.

Jaime no tiene nada legalmente de esa empresa pero lo tienen como director, nuestros padres dicen que él será el que herede la empresa familiar y cuando llegue el momento nuestros hijos serán los que la hereden.

Mientras tanto nuestras madres hablan de cosas sin importancia, marujean más bien.

-Jaime habrá que formalizar vuestro compromiso algún día- dice mi padre en tono de broma pero en realidad esconde mucha verdad.

Mientras que mantienen sus conversaciones mi mente viaja a esta mañana.

"Mateo pasa su lengua por mi pecho y va bajando poco a poco, hasta que llega a mi ombligo y se topa con el botón de mis vaqueros.

Me los quita de un tirón y entonces mete su lengua entre mis muslos."

Me remuevo en la silla recordando mi rato con Mateo.

"Jadeando mientras me movía arriba y abajo encima de Mateo, él pasaba su mano por mi espalda. Con la otra agarraba mis pechos y se los metia en la boca. Torturaba mis pezones con sus dientes.

Más rápido me decía entre gemidos"

Mis días pasan normales.

Estoy en el trabajo doblando una pila de camisetas y poniéndolas en las baldas cuando una voz hace que me estremezca.

-Hola- me dice una voz a mi espalda.

Y a mi se me dibuja una sonrisa en la cara.

-Hola- contesto mientras me doy la vuelta.

-El otro día te fuiste sin darme tu numero- me tiene su móvil.

Le escribo mi numero en su móvil y se lo devuelvo.

-Bien, gracias. ¿A qué hora terminas de trabajar?- me asombra la seguridad de este chico.

Miro mi datejust y sopeso que decirle.

-Termino en una hora- le digo mientras cambio de peso mi cuerpo.

-Vale, te recojo en una hora- me guiña el ojo con una sonrisa en los labios y se va.

Termina mi turno y cuando estoy saliendo de la tienda me llega un mensaje.

"Estoy en la puerta este, te espero"

El corazón se me acelera al leer su nombre en la pantalla de mi móvil.

Cuando salgo a la calle para encontrarme con Mateo ya es de noche.

Un coche de color blanco me da las luces y entonces Mateo baja de el.

Después de saludarnos con dos besos me dice que me suba al coche.

-¿Dónde vamos?- le pregunto curiosa pasando la lengua por mis labios.

-Ya verás- me dice mirándome riendose, metiendo la primera marcha del coche.

Cuando llevamos un rato callejeando y hablando se incorpora a la autovía.

Baja el techo del coche.

-No sabia que era descapotable-.

Mateo empieza acelerar hasta poner el coche casi 200 kilómetros.

El viento me sacude el pelo y creo que por primera vez en mi vida me siento libre, sin obligaciones, sin tener que hacerle caso a mis padres.

Nos miramos en silencio, Mateo sonríe pero esta vez es una sonrisa cálida y yo lo miro con entusiasmo.

Estiro los brazos y echo un grito al cielo, esto es grandioso.

Que sensación más increíble.

Al cabo de un rato llegamos a una carretera y paramos en un camino que no tiene salida.

-Ven- me ofrece su mano cuando bajamos del coche.

Se la doy con cierto recelo.

-Tranquila, solo quiero enseñarte una cosa- andamos a paso ligero por unas rocas alumbrados por la linterna del móvil y las estrellas.

-Mira- me señala el horizonte cuando llegamos a una pequeña cala escondida.

Creo que estas vistas son lo mejor que he visto en la vida.

-Es precioso- Mateo me da un apretón en la mano mientras admiramos aquella belleza.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2020 ⏰

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"Una isla entre el mar y el cielo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora