Capitulo 13

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   Cuando terminamos el postre nos levantamos de la mesa y nos dirigimos al patio, es muy grande y tiene mucho pasto y una piscina. Nos acercamos a unas sillas que están cerca de la piscina y nos sentamos.

-No puedo creer lo que ha pasado esta noche-digo mirándolas con cara de sorprendido a las chicas.

-Es muy raro-dice Lourdes.

-Cállense que ahí viene marco-dice Zoey susurrando.

    Nos quedamos callados y llega marco y se sienta al lado mío con una media sonrisa en su rostro perfecto y bronceado, su cabello rubio corto que se mueve con la brisa, sus ojos color verde brillan tanto que no puedo dejar de verlos, y sus labios tan carnosos que me hacen querer besarlo.

-Me alegro de que estés aquí- me dice marco acercándose a mí.

-¿En serio?- le digo con voz fina y mirándolo con ternura.

-Si –me dice mirándome con una media sonrisa- tenía miedo de quedarme solo porque no conozco a nadie.

-Pues que suerte que tienes por conocerme-le digo con un tono burlón.

-Tengo tanta suerte –me dice riéndose- que siento que puedo hacer esto- se acerca a mí y me besa apasionadamente, pasa unos tres segundos y reacciono que mi madre está aquí, así que lo empujo y lo alejo de mi- qué pasó?

-Aquí no- le digo mirando para todos lados- está mi madre aquí.

-¿Y que tiene?- me pregunta preocupado.

-No sabe nada- le digo susurrándole.

-¿No sabe nada de qué?- me dice marco alejándose.

-De que me gustan los chicos- le susurro mirando hacia el suelo avergonzado, él se acerca y me levanta el mentón y me mira fijo a los ojos.

-No te preocupes-me dice suavemente, se levanta y vuelve a entrar.

    Cuando entra me doy vuelta para ver a las chicas y están con la boca abierta tomadas de la mano como que estuvieran gritando en silencio.

-Basta chicas - les grito con voz fina- por favor.

-Wow- llega a decir Lourdes-que te pasó Alex.

-Mi madre está aquí-le digo con un tono ronco y cruzando los brazos.

-¿Y que tiene?-dice Zoey- no hay nada de malo en que te guste tú mismo sexo.

-Lo sé- le digo poniendo mis brazos sobre la mesa metiendo mi cabeza dentro de ellos-solo que me da vergüenza lo que vaya a pensar de mí.

-Pero no te tiene que importar-dice Zoey con un tono suave- ella te tiene que aceptar como eres y creo que lo va a hacer porque es una persona increíble.

-Lo sé-le digo levantando la cabeza –pero siento que le voy a causar vergüenza ajena.

-No digas eso-dice Zoey- ella te quiere, además no te dijo nada sobre el collar, así que le debió gustar.

-Si-dice Lourdes con un gesto de aprobación- tienes que dejar que fluya todo, ella lo va a aceptar, estoy segurísima.

-Está bien chicas -digo sacando los brazos de la mesa y secándome las lágrimas-voy a dejar que todo fluya.

-Esos es-dice Lourdes secándome una lagrima que me está cayendo por la mejilla, luego las abrazo.

Un amorío de verano (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora