| Cap 1 |

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Mi vida es un caos ahora mismo, y más desde que mi madre se quiso mudar de nuestro hogar para acabar en un pueblo más grande del que procedíamos. Y os preguntareis por qué nos fuimos. Pues es muy claro, mis padres se han divorciado y no quieren verse nunca más. Por eso nos mudamos.

- Hija, anda ayúdame a descargar las cosas del coche. Tengo una sorpresa para ti mi vida ­­–dice super emocionada, con una sonrisa de oreja a oreja.

"Hacía tiempo que no la veía así de feliz, creo que esto nos vendrá bien para las dos."

- Vale, espero que valga la pena –le digo sonriente sacando la lengua, mientras guiño un ojo de complicidad.

Empiezo a descargar la furgoneta que habíamos alquilado, poco a poco. No soy un dios, ni mucho menos tengo tanta fuerza como un tío.

"Parecía que salieran las cosas que teníamos en la antigua casa y no acaban nunca."

A la vez que yo voy bajando las cosas de la furgoneta, mi madre llama por teléfono para contratar a un montador, que colocara las cosas dentro de la casa, porque estamos exhaustas de bajar todo.

Como va a tardar unos diez minutos el montador, mi madre me abre las puertas de nuestro nuevo hogar. La verdad es bastante amplia de lo que parece. Tiene dos plantas de altura y necesita una manita de pintura que ya lo haremos en un futuro. El salón es gigantesco y daba con la cocina que es moderna con una isla en el centro.

"La verdad es que me gusta bastante el concepto abierto."

Subo a la planta superior y me encuentro tres habitaciones y un solo baño que hay que compartir con todas las demás habitaciones. Mi habitación pega con la casa que tenemos al lado, en cambio las otras habitaciones pegan con unas fantásticas vistas al monte que tenemos atrás de nuestra casa.

"La verdad es que me importa muy poco esas vistas, solo sirven para distraerte y nada más, en cambio en mi cuarto pega la ventana en la casa de nuestros nuevos vecinos. Lo que no sé en qué parte de la casa da esa ventana que veo enfrente. Las dos tienen la misma altura así que es posible que la persona o esa sala puede observarme todo lo que hago en ese momento. ¡Que peligro!"

Mi habitación es mucho más grande que la que tenía en la otra casa, estoy tan contenta. Ahora puedo guardar todas mis cosas en los cajones y en el armario y nadie va ver lo que escondo en ellos. Y lo que más me impacta de mi cuarto es que tengo un escritorio super largo donde puedo dejar todo lo que quiera sobre él.

"Ahora que pienso... solo falta poner un espejo en un lado del cuarto y ya podré ser como todas esas instagramers que tienen espejo en el cuarto y se hacen todas esas fotos con él, madre mía, quien diría que podría darme ese lujo..."

- Hija, baja ahora, ya ha llegado el montador –grita.

- Voy –grito igual que ella.

Salgo del cuarto dejándolo abierto y bajo las escaleras.

- Señorita se lo tendré todo preparado para esta tarde sobre las 6:30 más o menos. La verdad es una hora orientativa –mira a mi madre con atracción.

"La verdad es que ese pavo no está tan mal, tiene una buena espalda marcada por su trabajo, y esos brazos.... Liliah deja de pensar en esas cosas, solo es un montador normal y corriente que hace su trabajo."

"Estoy detrás del montador, me da vergüenza de verle la cara y más ahora que he pensado esas cosas sobre él."

Mientras tenía estos pensamientos, mi madre y él apuesto montador seguían hablando, pero no me di cuenta de lo que estaban hablando hasta que...

Suspiros al otro lado de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora