La hija de rick [daryl dixon y tu]

💉capitulo II: sin lamentaciones

NARRA SARAH

La noche había llegado, había dejado la mochila dentro de la Torre y en ella estaba mi abrigo, por ello el frío me estaba haciendo tiritar

—Hey, cuidado— choque con Carl justo al cruzar el pasillo

— lo siento— se veía agitado.

— ¿ocurre algo?— lo detuve— te ves...

Carl me miro nervioso, removiéndose

— bueno...— suspiró— es Carol, está enseñando a los niños a usar armas en la biblioteca

Bueno, eso era algo que Carol haría teniendo en cuenta el intento de mi padre de hacer creer que La Paz había vuelto por completo.

— los padres no saben nada, ¿verdad?

— no— un ligero silencio se estableció— ¿estás enfadada con ella?

— para nada, lo que más necesitan esos chicos es saber defenderse. ¿Ya le dijiste a papá?

— no, ¿debería hacerlo?

— si, deberías — me cruce de brazos— aunque no estoy en contra de lo que hace Carol, los padres de esos chicos deben también saber lo que hacen en realidad en las tardes.

Carl asintió y siguió su camino.

Tome aire y simplemente seguí caminando, mi padre debe entender que aunque ahora estemos seguros, en este mundo nunca se sabe cuándo tendremos estas rejas separándonos de los caminantes y cuando no.

— Hey— subi la torre de vigilancia hasta que llegue.

Daryl se sobresaltó un poco, pero al notar mi presencia sonrio.

— esperaba a Glen— murmuró

— quizo cambiar turnos conmigo, ya sabes, le gusta más la guardia con Maggie, dice que yo lo Aburro

Daryl negó

— dudo eso, recuerdo que una noche se la pasaron ambos despiertos jugando charadas

Sonreí

— pues entonces soy yo la que se aburre si no es contigo— le guiñe un ojo.

— ven aquí renacuajo— me hizo una seña para que me sentara a su lado

Intente sentarme junto a él cuando en un solo movimiento ya estaba en su regazo, sus labios quedaron a solo unos centímetros de distancia de los míos.

Fui la primera en iniciar el beso, pero lo sentí, sentí esa ligereza con la que Daryl atrapaba mis labios

En cuanto nos separamos levante la mirada, mis manos habían envolvido sus cuello. Sus hermosos ojos me miraron fijamente.

— si quien hubiese caido con ese estante hubieses sido tu...

— pero no fui yo, volvimos.

Había vuelto, ese miedo constante de perdernos el uno al otro

— ¿entonces cuando serás tú?

— nunca, porque siempre estas conmigo cuidándome — acaricie su rostro— y si, algún día tendremos que morir, pero no fue hoy, aprovechemos cada momento en que estemos vivo, no nos lamentemos ahora

Sus labios buscaron los míos con fervor, el sentimiento Intranquilo se había ido.

Daryl me tomo de las caderas, el beso se intensificó cada vez más, ambas piernas quedaron a cada lado del arquero mientras sin detenernos seguíamos devorándonos a besos.