CAPÍTULO 2

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Estaba en un sueño profundo, en una cita con un chico guapo, y millonario, cuando sentí que alguien me llamaba.

- ¡Liss! Despierta, es tarde – dijo Tamy.

- ¿Qué hora es? – dije adormitada.

- ¡Son las dos! – dijo ella tirándome una almohada en la cara.

- ¡Dios! – dije abriendo los ojos – te dije que me levantaras una hora antes.

- Me he quedado dormida lo siento, pero aún queda media hora para entrar a trabajar, mejor levántate y ven a ver al nuevo sexy vecino.

Me levante de la cama, y ella me jalo hasta afuera de la habitación, hasta un balcón de la sala, que daba a la calle, ahí estaba Susy viendo a la calle sin disimular.

- ¡Hola bella durmiente! – dijo viéndome llegar aun con mucho sueño.

- Hola, traviesa – le dije recordando la escena que encontré en su cuarto esta mañana.

- ¿Sigue subiendo cajas? – pregunto Tamy mientras veía por el balcón.

- Sí, hay que admitir que es un bombón – dijo Susy.

- Haber... ¿por quién es todo este escándalo? – dije haciendo espacio entre las dos para ver al chico que las tenía atontadas.

Para mi mala suerte, el sexy chico levanto su mirada, justo cuando lo vi, y si, está muy guapo, un nuevo latino ardiente como vecino, no esta tan mal, el chico sonrió y me saludo con su mano.

- ¡Genial! Ahora pensara que soy una loca acosadora – dije entrando a la sala.

- Pues con ese cuerpo, cualquiera lo acosaría – dijo Tamy.

- Mejor hay que prepararnos, en veinte minutos debemos estar en el azul, hay que darnos prisa – dije caminando al baño.

Luego de un rato, bajamos y nos fuimos a trabajar, aun sentía los efectos secundarios de la resaca, además tenía mucho sueño, y luego de salir del trabajo debíamos pasar al súper mercado, faltaba mucho para que nuestro turno acabara.

- Ve a atender la mesa tres – me dijo Tamy.

- Estoy cansada – dije caminando con mi azafate.

- Yo también nena, pero ya que – dijo ella poniendo unas tazas de café en su bandeja.

Llegue a la mesa, y un chico estaba solo en la mesa, al parecer esperaba a alguien.

- ¿Desea ordenar algo más? – dije poniendo un jugo de piña en su mesa.

Me quede en shock cuando vi que el chico era nuestro nuevo vecino.

- Gracias, esperare un poco más para ordenar – dijo viendo su móvil.

- Está bien, luego regreso – dije dispuesta a irme.

- Oye espera, tu eres la chica que me veía hoy por la ventana verdad – dijo antes de que pudiera huir de ahí.

- Pues... si, pero no es lo que tú piensas, solo salí al balcón porque escuche el ruido – dije nerviosa.

- ¿Qué pensé según tú? – dijo el sonriendo.

- Pues... ya sabes, que te estaba acosando o algo – dije sin que se me ocurriera nada mejor.

- ¿Acosando? Creo que ves demasiada ficción nena, por cierto, ¿Cuál es tu nombre? – dijo tomando un trago de jugo.

- Lisbeth, ¿y el tuyo? – pregunte.

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