Mute [Lalisa] [JungKook] [YoonGi] [Taehyung]

003

Maratón 1/2

Aquella castaña corría por los pasillos del preescolar como si su vida dependiera de eso. Su mochila golpeteaba sobre su espalda repetidas veces, tal vez su emparedado que su madre le había preparado con mucho cariño; ya debe de estar todo desechó.

Dobló hacia el otro pasillo, pero se detuvo abruptamente al ver a esas niñas. Dos años mayor que ella. La miraron de arriba hacia abajo. La pequeña Lalisa bajo la mirada hacia sus zapatos nuevos y evito hacer contacto visual con aquellas niñas. Ni siquiera quería leer sus labios...siempre decían cosas muy feas de ella.

—La muda ha echo su aparición en el momento perfecto — las tres niñas rieron, Lisa dió un paso hacia atrás, necesitaba irse de antes de que las cosas se pusieran feas. Pero un jalón de cabello se lo impidió. —¿A dónde mudita? — Lisa leyó sus labios. Pero sintió más miedo cuando leyó sus labios a lo que estaba diciendo. —Juguemos un rato.

Un niño castaño estaba sentado en su pupitre, mordiendo su labio inferior con mucho nerviosismo.

—¿Dónde estás, Lili? — miró a su lado, mirando la silla vacía de su compañera. Tan sólo de imaginar en donde estaría, le dieron ganas de salir del aula, pero su maestra ya estaba escribiendo en la pizarra blanca.

Cuando el timbre de la hora del receso sonó, y la maestra dió permiso para que salieran, JungKook se olvidó de su lunch, para salir corriendo en busca de su amiga. Corrió hacia el patio trasero, dónde acostumbraban a ir los niños de tercer grado. Miró primero por el cristal, y la imagen que vio atravez de éste, le partió su corazoncito.

Corrió hacia la puerta para salir al patio trasero, al salir, corrió hacia la pequeña Lili que estaba en posición fetal, llena de lodo, sobre el pasto, llorando.

—"Lili, ¿Qué te pasó?"— en el rostro de la pequeña, solo podían hablar las imparables lágrimas cargadas de tristeza y mucho miedo. —"Lamento no haber estado aquí, para tí" — la atrajo hacia ella en un abrazo.

[...]

Lalisa 15 años.

—A ver, estúpida muda — trató de correr, pero la jalaron por la correa de su mochila. —No, no, no...hoy estoy aburrida — dijo aquella peli negra, quién portaba un flequillo bien peinado, una falda cuadrada arriba de las rodillas, casi a mitad de muslo, unos zapatos con tacón, y una mochila de color negra.

Ella, junto con sus dos amigas más, la llevaron hacia la bodega, dónde había una que otra rata y arañas en las esquinas de la habitación. Aquella bodega no solía estar ocupada desde hace mucho tiempo, por lo cual la escuela la tenía en el olvido, y no le daban mantenimiento.

Lalisa negó cuando vió como una abría la puerta de metal, y otra la empujaba. Cayó de rodillas adentro de la bodega, y escucho la puerta cerrarse de golpe, se levantó rápidamente y corrió hacia la puerta, golpeándola.

Recuerdos del pasado llegaron a su mente. Cuando era niña, y apenas había ingresado al preescolar, unas niñas de quinto grado, la habían encerrado en el cuarto del conserje. Por más que gritó, sí, gritó, lloró, nadie la escuchó...y desde ese suceso, hizo un voto de silencio hasta el día de hoy. Ella era sorda de nacimiento, pero no muda, aquella discapacidad no había nacido con ella...la obligaron a tenerla.