Hoseok se alejó para quitarse la última molesta prenda que quedaba y gruñó lleno de alivio cuando su pene saltó fuera de su ropa interior, estaba duro e hinchado, brillaba en la punta a causa de su líquido pre-seminal. Separé mis piernas de nuevo, dándole el espacio suficiente en medio de estas y lo volví a escuchar gruñir en el segundo en que su glande se presionó contra mi entrada. Gemí y me tensé, hasta que su mano acarició mis cabellos, alejando algunos mechones de rizos rebeldes de mis ojos, rozando después su boca con la mía.
—Tae.
Un sonido parecido a un gruñido más escapó de su boca cuando empujó su miembro, invadiéndome y llenándome por completo mientras los largos e irregulares gemidos no dejaban de escapar desde el fondo de mi garganta. Me llenó por completo, Dios, su miembro encajaba tan bien, se amoldaba a mis paredes como si ese fuera su lugar, creado exclusivamente para él.
—Mierda, Hoseok. — Mis manos recorrían su espalda mientras empezaba con las embestidas, ya sin contenerse, su cuerpo empezó a empujarse contra el mío con un vaivén tan salvaje que me cortaba la respiración; mi ser completo se contraía mientras embestía una y otra vez. Consumiéndonos ambos en el salvaje e inestable movimiento, con sus caderas empujándose para poseerme hasta saciarnos, hasta llenarme, hasta marcarme como tanto lo anhelaba.
—Es... Más, más Hobi, más. — Tampoco cabía en mí el pensar en algo que no fuera él, en desear que se viniera en mí, que bañara mis paredes con su esencia. —¡Oh! — Su boca tomó la mía en un buen segundo, devorándome con inestabilidad, ambos siendo los causantes del movimiento y del leve rechinido de su gigantesca cama.
Una de sus manos hundió sus uñas en mi cadera, manteniéndome quieto, mientras embestía con más fuerza y profundidad, sin dejar un centímetro de su miembro afuera, aumentando el ritmo cuando le pedí más. Era diferente, Hoseok era completamente diferente a cualquiera y algo dentro de mí me decía que él sentía la misma rara conexión, esto no cabía en solo coger a alguien, iba más allá.
Se alejó de mis labios sin deja de mover su lengua sobre la mía, haciendo de ese uno de los besos más toscos de la noche. Ambos oíamos el constante sonido mojado de mi piel chocando contra la suya, llenando la desordenada habitación de ese ruido sordo.
Ya con más confianza, pensando que nada podría romper esa danza salvaje de nuestros cuerpos, llevé mis manos a su espalda y en una de las profundas penetraciones hundí mis uñas en su piel, él mordió la esquina de mi labio inferior y continuó con el salvaje ritmo. Hacía tanto, pero tanto calor, nuestros cuerpos hervían el uno sobre el otro, sofocándonos mutuamente.
Mordió mi pecho una y otra vez, subiendo hasta que sus labios llegaron a mi cuello y gemí. Muérdeme, muérdeme.
Tan cerca, estaba cerca. Sentía su respiración sobre esa zona y la cantidad de besos que dejaba en mi piel, conocía de memoria el lugar donde quedaban los restos de lo que alguna vez fue un lazo y como su lengua pasó justo encima, sacándome otro gemido por el empuje de sus caderas, penetrándome otra vez tan profundo, eliminando mi cordura a tal punto que ladee mi cabeza, entregándole gustoso la piel de mi cuello para que mordiera. Quiero, quiero. Muérdeme.
Mis gritos internos repetían una y otra vez lo que no lograba articular entre palabras, mi omega quería tanto que me hiciera suyo, sentir sus colmillos hundirse en mi piel y que me marque para toda la vida.
—Hobi... Vamos, por favor. — Una de mis manos subió hasta sus cabellos, acercándolo a la piel de mi cuello. Sentí su respirar más cerca, cuando de un momento a otro se detuvo por completo, congelándome ante la sensación de haber metido la pata. Lo solté completamente y cuando estaba a punto de mirarlo a los ojos lleno de terror, Hoseok salió de mi interior en un hábil movimiento para luego girar mi cuerpo, de tal modo que me coloqué boca abajo, mis rodillas y mis brazos se apoyaron en la cama mientras sentí un escalofrío recorrerme debido su hambrienta mirada. Oh no, ésto no había terminado.
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The Perfect Omega | HopeV
FanfictionCuando eres la perfecta definición del Omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de su vida. Kim Taehyung tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad, ¿Qué alfa querría encargarse...